Mientras en cientos de ciudades del mundo, las autoridades ya han implementado un marco regulatorio para que Uber funcionen paralelamente con los demás servicios de transporte, en Colombia, se acerca la ‘hora cero’ para saber qué va a pasar con esta aplicación.
En cuestión de días, el vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, tendrá que tomar una determinación sobre este tema, que por las elecciones del 25 de octubre tuvo que posponer, con el fin de que esta decisión no se interpretara como un acto político.
No obstante, se agota el tiempo para saber qué va a pasar con este modelo de transporte: tanto Uber como los taxistas urgen por una decisión, que les marque el rumbo de su futuro.
Sin embargo, para Uber, es probable que la determinación que tome en los próximos días el Gobierno Nacional no solucione definitivamente la discusión de sí la compañía seguirá siendo calificada como ilegal o no, o si podrán seguir funcionando.
A esa conclusión han llegado, teniendo en cuenta que el borrador del decreto, en el que se regularía su funcionamiento, no se toca el tema de las plataformas tecnológicas, sombra en la que está amparada Uber.
“En la versión del decreto, qué está colgada desde 2014, se hablaba de una iniciativa que buscaba chatarrizar taxis amarillos y reemplazarlos por vehículos más lujosos, que pudieran cobrar más caro al usuario, pero en esta versión del proyecto no hablaban nada de plataformas tecnológicas como Uber”, le dijo a Portafolio.co una vocera de la compañía.
“Desconocemos si el ministerio de Transporte y la Vicepresidencia están trabajando con base a esa versión o si hay una diferente; en caso de ser así no nos podríamos pronunciar porque no la conocemos. Sin embargo, en el borrador, que está en la página, desde el año pasado, no se hablaba de ninguna plataforma tecnológica, ni de empresas de redes de transporte, que es la manera como se viene regulando el modelo de negocio de Uber en otros mercados como México, por ejemplo”, señaló la compañía.
No obstante, otros sectores señalan que sí viene una reglamentación, es decir, una legalización, con reglas claras.
Por ahora lo que sí es claro es que efectivamente el borrador del proyecto de “Reforma para el transporte especial de pasajeros” no habla de plataformas tecnológicas, marco legal en el que está constituida Uber, sino de transporte especial de lujo.
Incluso, la secretaria de Movilidad de Bogotá, María Constanza García, dijo recientemente que “la reglamentación que prepara el Gobierno no es para reglamentar esta plataforma”, sino para crear un servicio de lujo en el transporte público individual, con los taxis que ya hay.
De ser así, lo que se fijaría son las condiciones de un servicio de taxis de lujo, que se basaría en carros de mayor tamaño, con un color especial, que reciban pago con tarjeta de crédito y efectivo, obligados a obtener certificaciones de calidad de servicio, capacitación de conductores y desvinculación en caso de fallas y abusos, entre otros.
RESUMEN DEL BORRADOR
Según dio a conocer este jueves la W Radio, los vehículos serán taxis de alta gama, color negro, con medidas estándares reglamentadas.
Además, tendrán que cumplir con varios requisitos de seguridad como air bag, sistema de bloqueo y de localización.
Estos taxis de lujo tendrían libertad de tarifas, es decir el conductor es libre de cobrar lo que quiera y el usuario es libre de adquirir el servicio o no. No obstante, aunque las tarifas no serán controladas, tampoco pueden hacerle competencia a las tarifas de los taxis, es decir no pueden ser iguales o menores a las que los amarillos utilizan.
Las empresas reglamentadas como transporte público en Colombia tendrán, además, la libertad de elegir si quieren o no entrar en el negocio de lujo, pero si lo hacen debe chatarrizar la misma cantidad de vehículos que ingresaran al mercado de lujo conservando el cupo.
Javier Acosta
Portafolio.co