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Andrés Espinosa Fenwarth

Fracaso socialista en Venezuela

Andrés Espinosa Fenwarth
POR:
Andrés Espinosa Fenwarth

Venezuela registra la inflación más elevada del mundo, 56,3 por ciento. El origen del incremento en los precios domésticos revela una correlación explícita con la política monetaria expansiva del Banco Central de Venezuela.

En efecto, el Banco emite, desde el 2011, cada vez más dinero circulante, con el propósito de financiar a Petróleos de Venezuela (PDVSA). La deuda de la petrolera estatal venezolana con el Emisor asciende a 407.828 millones de bolívares, equivalentes a 64,7 mil millones de dólares contabilizados a la tasa preferencial de cambio.

La tasa de crecimiento de los medios de pago en Venezuela pasó de 19,1 por ciento en el 2010 a 50,6 por ciento en el 2011, a 63 por ciento en el 2012 y a 78,3 por ciento en el 2013. La emisión de bolívares no tiene contrapartida en la cuenta de reservas internacionales, que en lugar de crecer, cayó 28 por ciento el año pasado. Los niveles actuales no superan los 21 mil millones de dólares, de los cuales el 66 por ciento está representado por barras de oro.

El problema de fondo es que el petróleo genera el 97 por ciento de las divisas internacionales de Venezuela, y PDVSA solo reintegra la mitad de los dólares. El resto de los recursos los deposita en fondos paralelos administrados por el Gobierno, valorados en 44,3 mil millones de dólares. Así, la pérdida del poder adquisitivo del bolívar se origina en el aumento desaforado del dinero circulante, que se transforma en inflación galopante. La elevada inflación en Venezuela no es –como sostiene el oficialismo bolivariano– generada por los empresarios ni por los especuladores, es la consecuencia de la cooptación burocrática del Emisor, que en ese país es el engranaje central de una economía que se derrumba en la búsqueda de un espejismo, el socialismo del siglo XXI.

La escasez de dólares derivada del manejo político de los recursos de PDVSA y de las restricciones cambiarias disparó la tasa de cambio negro a 11 veces la tasa oficial. La entrega a cuenta gotas de divisas –por medio de Aladi, Cadivi, Sucre, Sicad y Sitme– se tradujo en el retraso en el pago a proveedores internacionales de 370 días y 13 mil millones de dólares. Los exportadores colombianos tienen embolatados 306 millones de dólares. Avianca tiene entrampados 310 millones de dólares. Sin contabilizar, aún, las pérdidas causadas por la devaluación del bolívar y las expropiaciones.

El autogenerado estrangulamiento cambiario golpea a los colombianos que trabajan en Venezuela. El Ministerio de Economía prohibió el envío de remesas en dólares a los familiares residenciados en Colombia, que en el 2013 ascendieron a 495 millones de dólares.

¡Peor imposible!

Andrés Espinosa Fenwarth

CEO de Inverdies

andresespinosa@inver10.co

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