En América Latina solo uno de cada cinco trabajadores vive en el campo, y allí el empleo es más vulnerable, hay menos trabajadores asalariados y la pobreza duplica el nivel de las ciudades, según el Informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), titulado ‘Trabajar en el campo en el siglo XXI’, lanzado en Bogotá.
Al presentar el estudio, el director de la OIT para América Latina y Caribe, José Manuel Salazar, destacó transformaciones como urbanización acelerada, menos jóvenes y más adultos mayores en el campo, reducción del empleo agrícola y aumento de las ocupaciones no agrícolas. Aunque se ha incrementado la productividad, persisten grandes diferencias entre el trabajo rural y urbano: el empleo vulnerable en los campos es de 56 por ciento, comparado con 27 por ciento en las ciudades.
En el campo está el núcleo duro de la pobreza, determinado por la exclusión e informalidad, lo cual implica reforzar las políticas de inclusión productiva y laboral de los trabajadores y emprendedores rurales. Paradójicamente, con datos del 2014, la tasa de desempleo rural es 3,1 por ciento, menor que el 6,9 por ciento de las urbes, explicable por la pobreza y menor acceso a la educación, que obligan a trabajar. Y mientras los adultos mayores aumentan, el número de jóvenes se redujo en 1,7 millones entre el 2005 y el 2014, a lo cual se agrega la estacionalidad de las cosechas que incide en la migración, dificultando la cobertura en seguridad social.
Las zonas rurales reciben menor inversión y, por ello, existen brechas en infraestructura económica y social, lo cual explica la brecha en productividad; y la pobreza rural es de 46,2 por ciento, superior al 23,8 por ciento de la tasa urbana.
Aunque ha mejorado la cobertura de los seguros de salud, solo el 37 por ciento está asegurado, comparado con el 62 por ciento en ciudades, y aunque ha subido la cobertura pensional, en América Latina solo el 26 por ciento está cubierto, frente al 56 por ciento en zonas urbanas. En cuanto a los ingresos, han aumentado más rápido que en las áreas urbanas, equivalen al 68 por ciento del ingreso laboral urbano. El 46 por ciento de personas rurales tienen negocios, frente al 29 por ciento en las metrópolis; y 40 por ciento declaran ser trabajadores asalariados formales, frente al 70 por ciento urbano.
Para Colombia, Phillipe Vanhuynegem, director de la OIT para los países andinos destacó que del total de jóvenes varones que trabajan en el área rural (71 por ciento), lo hace en actividades agrícolas, y solo 29 por ciento, en el caso de las mujeres. Así mismo, contrastó la cobertura rural, superior al 90 por ciento en salud, con la cobertura de 35 por ciento en pensiones en las ciudades, frente al 11 por ciento en el campo. Por ello, resaltó la propuesta de la OIT de establecer un piso mínimo de protección social que contribuya a brindar aseguramiento a los sectores más débiles y ayude a cerrar las mencionadas brechas.
Beethoven Herrera Valencia
Especialista de la OIT en Diálogo Social
beethovenhv@gmail.com
Empleo rural: brechas preocupantes
En América Latina solo uno de cada cinco trabajadores vive en el campo, y allí el empleo es más vulnerable y hay menos trabajadores asalariados.
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Téngalo en cuenta: estas son las rutas aéreas en las que más turbulencias se registran
Destacados
Más Portales
Nuestros columnistas
Alex Bouaziz
¿Es el fin del sueño americano?
Las capacidades, no la ubicación, serán el factor determinante de las oportunidades de empleo.
Rodolfo Segovia S.
Petro tenaz
Rafael Herz
Liviandad y crueldad
Luis Arango Nieto
El Cerrado brasileño: ejemplo para la Altillanura
María Sol Navia V.
El Estado no controla parte del territorio
Cesar Pabon
¿Cautela o relajamiento?
Jorge Restrepo
¿Perdemos a Ecopetrol?
Eduardo Behrentz
Seguridad: fundamento de la democracia
Carlos Tellez
Estrategias obsoletas
El direccionamiento estratégico va tomando forma sobre la marcha, incluso por inercia.
Mario Hernández Zambrano
Estoy jugado por Colombia ...
Camilo Herrera Mora
A los caricaturistas
La capacidad de decir algo fuerte, con pocas palabras e imágenes, es la virtud de haber comprendido.