Fue grato llegar a Valledupar, donde la hospitalidad de sus habitantes se une a temperaturas que superan los 40 grados, y en época del festival toda la ciudad respira música y se observa la identificación que esta región tiene con el vallenato.
Se ha construido la Avenida Folklore, con esculturas que muestran la evolución desde el caracol de los indígenas, las gaitas, maracas y tambores africanos, hasta llegar al acordeón y guitarra europeos. Ello se une a los monumentos a la riña de gallos, al Cacique Upar, al Santo Ecce Homo y a la ‘pilonera mayor’, Consuelo Araujo Noguera, promotora del festival, vilmente asesinada.
El festival fue precedido por la cumbre de Gobernadores, organizada por el Pnud y Amylkar Acosta, director de la Federación Nacional de Departamentos; y contó con la participación del general Naranjo, el Procurador General, el exministro Juan Camilo Restrepo y Piedad Córdoba. La pluralidad de posiciones que ellos representan fue recibida en un clima de respeto.
Palabreros wayúu, presentados por el gerente del Banco de la República de Ríohacha, Weildler Guerra, destacaron la importancia de la palabra en la solución de los conflictos, en un país que busca fortalecer la oralidad en la justicia. Este sistema declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, se centra en la reparación material del daño causado, la garantía de no repetición mediante la entrega del arma y el rechazo a la cárcel por considerar que no es solución.
En pasados festivales se ha homenajeado a Calixto Ochoa y Gustavo Gutierréz Cabello, y este año se dedicó a la dinastía de los hermanos López, integrada por Miguel, Álvaro y Navin, reyes vallenatos en 1972, 1992 y 2002, y al cajero Pablo López, quien lanzó a la fama a Jorge Oñate e impulsó a Diomedes Díaz.
En el marco de la recuperación de la figura de Diomedes, el periodista Luis Mendoza Sierra, autor del libro El silencio del Coloso, ha creado la fundación social y cultural ‘El Cacique de La Junta’, de la cual hacen parte los familiares. Ya comienza a conformarse la ruta para visitar la vereda Carrizal, en La Junta, donde nació Diomedes, y en la tienda de la familia Arjona, el cuñado de Diomedes muestra el arma con la que le disparó al cantante a través de la ‘ventana marroncita’, cuando este le llevaba la serenata a su novia, en compañía de Elberto Lopéz.
El gobernador Luis Alberto Monsalvo ha restaurado la plaza central de Badillo, con diseño de la artista Elsa Marina Lozada, para devolver la custodia que se robó ‘un ratero honrado’, y Patillal ha construido un mausoleo con sus juglares.
Adicionalmente, Jacobo Solano lanzó un hermoso libro sobre el río Guatapurí, mostrando los atractivos que se encuentran en su cuenca y llamando a su recuperación y defensa.
Beethoven Herrera Valencia
Profesor, U. Nacional y Externado
beethovenhv@gmail.com