MARTES, 16 DE ABRIL DE 2024

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Camilo Gaitán

Lo que todos queremos, siempre

Camilo Gaitán
POR:
Camilo Gaitán

A un par de cuadras de la Tadeo hay una venta de empanadas, uno entre los muchos negocios que florecen y viven de la Universidad. Se trata de un local en cuyos dos metros cuadrados su propietaria -Jeimy, madre cabeza de familia, que se gana la vida como puede al igual que casi la mitad de los que vivimos en Bogotá- valida a diario su condición de emprendedora.

Las empanadas están hechas de una sabrosa combinación de carne o pollo con papa, que ella prepara en su casa desde el día anterior, empacando cada porción por separado en vinipel y acomodándolas en cajas plásticas en las que las trae. De igual forma, prepara la masa con antelación y la envuelve en plástico ‘para que no pierda el crocante cuando se frita’, explica orgullosa, este secreto de su oficio.

Quizás, más por hábito personal que por convicción estratégica, entiende bien que la higiene es fundamental cuando se trata de comida, y por eso no ahorra en cofia, tapabocas y guantes, una sofisticación operacional que contrasta con lo precario de su infraestructura. Conocedora de lo que es la necesidad, Jeimy cobra apenas 1.000 pesos por cada empanada, que además son generosas en tamaño y están siempre calientes, pues las prepara casi sobre pedido. En un comienzo fuimos pocos y esporádicos sus clientes, pero una vez comprobada su factura gastronómica la voz se fue regando, la recompra se hizo natural y hoy no es raro ver gente esperando a que salga la última fritura o llevándose 10 empanadas de una sola vez para compartir con amigos y colegas.

La lógica de este éxito –modesto en su alcance, pero poderoso en la lección que deja– es que el principio de toda historia que valga la pena ser contada en los negocios es la calidad. Es la condición necesaria, el fundamento sin el cual es imposible construir. Cualquier otra cosa que se haga que no tenga un impacto significativo en la calidad de lo que se ofrece será poco más que un artificio, una mueca pasajera que pronto caerá en el olvido, un amague que difícilmente forjará un concepto. La calidad es el comienzo de todo.

Pero, ¿qué es la calidad? Fundamentalmente, el valor que el comprador le reconoce a un producto o servicio, las razones por las cuales lo compra, por las que prefiere el de una marca y no el de otra. Razones que están en función de lo que en estrategia se llaman los factores de valor de un mercado. En vez de disiparse tratando de ofrecer lo más respecto a cada factor –con el consiguiente aumento desmedido del costo y la pérdida de carácter del producto o servicio correspondiente– Jeimy privilegió el sabor y la higiene en la producción de sus empanadas. Punto.

‘Ricas y calientes a toda hora, y bien servidas’ podría ser la etiqueta de su estrategia de negocio, el espíritu de lo que ella se propuso hacer. Foco en su concepción y disciplina en la ejecución, dos ingredientes indispensables de una receta para la calidad, que sacó del mercado a la competencia vecina y le permitió a Jeimy vender su negocio en dos días, con una facturación cercana a los dos millones de pesos mensuales.

Camilo Gaitán García

Decano de Administración, U. Jorge Tadeo Lozano

camilo.gaitang@utadeo.edu.co

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