Ante el freno en la demanda y el aumento de los costos, existe la enorme tentación de despedir personal para ajustar los costos y lograr una mejor sostenibilidad en las empresas. Hoy, muchos empresarios están tentados a esto, pero antes de hacerlo deben pensar en dos razonamientos lógicos, que ante la necesidad se olvidan.
El mercado crea empleos a muy baja velocidad, debido a que las empresas existentes no están demandando mano de obra, ya que su máquina de producción va lenta por falta de demanda, y hemos entrado al círculo vicioso de no contratar personas -o incluso despedir-, causando un mayor freno en la demanda.
Hoy Colombia tiene más de 750.000 empresas (casi una por cada 70 colombianos), que si tomarán la decisión cada una de contratar cada una persona más, el empleo crecería de manera impresionante, pues a febrero de este año solo crearon 32.000 puestos de trabajo en un año. Esto reactivaría la economía y nos devolvería rápidamente a la senda de crecimiento.
Pero no contratar personal o despedirlo, tiene un problema adicional que es muy complicado en el mediano y largo plazo: la pérdida de mano de obra calificada y comprometida. Un ejemplo de esto es el de la industria textil y confecciones, que en el 2007 despidió a muchos de sus empleados por la caída de las exportaciones a Venezuela y Ecuador, y hoy no consiguen personas capacitadas sobre todo para el trabajo en máquinas planas, complicando seriamente el crecimiento del sector.
Despedir un empleado hoy es perder un activo irrecuperable, en experiencia en la labor, conocimiento de la categoría y vínculo con la empresa. Contratar uno, es tener una persona agradecida porque ante las dificultades le dieron una oportunidad, y debe comenzar su proceso de entrenamiento.
La tecnología está desplazando mucha mano de obra en diversos sectores, y la caída del precio del petróleo redujo el rol de muchas otras empresas, pero curiosamente, cada vez más crecen los sectores en los cuales el servicio personalizado es la clave en la ecuación de valor, y allí hay una enorme oportunidad de crear puestos de trabajo en el país.
Pensemos más como empresarios que como financieros. En este momento, las cosas van lentas y debemos acelerarlas, y para eso necesitamos más gente con ingreso dispuesta a comprar más, y para eso necesitamos que haya más gente empleada, más empresas creándose y más productos en el mercado.
Sé que la tentación de reducir costos es grande, y que las metas comienzan a apretar, pero en este afán perdemos de vista dos objetivos fundamentales de la organización: vender más y vender mejor, que son el motivo de nuestra existencia como empresas.
Existimos para satisfacer las necesidades del consumidor, y esto lo hacemos vendiéndole a más clientes mejores productos, y para eso requerimos más personas con ingresos, y no todo lo contrario.
Así que, cada vez que escuche que un empresario afirmar que "hizo recorte de personal", dígale que él mismo se redujo su demanda en la misma cantidad de personas que decidió despedir; y que esos exempleados aprenderán otras cosas, y el día de mañana, no volverán a ayudarle. ¿Usted, empresario, ya aumentó su planta en una persona este año?
Camilo Herrera M.
Presidende de Raddar
camiloherreraraddar@gmail.com
Cómo dinamizar la demanda
No contratar personal o despedirlo, tiene un problema muy complicado en el mediano y largo plazo: la pérdida de mano de obra comprometida.
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