Nuevamente aprobamos superficialmente el presupuesto. Para el 2012 su monto fue de 165,2 billones, creciendo de un año a otro en 15 billones, es decir, 9,5%, triplicando la inflación.
Sigue siendo un presupuesto desfinanciado con ingresos corrientes de $86,7 billones y gastos de funcionamiento de $91 billones, evidenciando el problema estructural de nuestras finanzas, los ingresos tributarios no alcanzan para pagar los gastos ordinarios.
Colombia ha crecido un 15,5% en tributación, y la deuda sigue aumentando en más de 5 billones, llegando a casi 40 billones.
Logramos cambios por 2,8 billones a favor de diferentes ministerios e instituciones, pero las locomotoras del desarrollo apenas lograron el combustible para arrancar. El Ministerio de Agricultura, sólo crece el 2,1%, pudiéndole incrementar $208 mil millones más, alcanzando los dos billones anuales, y eso que tiene que implementar la Ley de Víctimas y programas de reconstrucción invernal.
Contrario a la lógica, fue el Ministerio de Hacienda el que creció 43% de un año a otro, de 8,4 a más de 12 billones.
Nos preocupa que pasa de ser un ente técnico a ejecutor, manejando además la caja menor del Gobierno con el Fondo de Adaptación, al que se le asignaron $1.1 billones. Ojalá no se corrompa la sal, porque el que paga manda, más cuando tiene bajo su batuta el presupuesto general. Pueda que el señor Ministro no caiga como ‘Uribito’ en las garras de los aduladores que lo montaron como presidente para explotarlo.
La locomotora ‘fantasma’ de Acción Social reaparece con $4.4 billones con la adición, doblando el presupuesto asignado al agro.
¿Continuaremos con la política de subsidios en vez de multiplicar la generación de empleo y desarrollo? El rubro asignado a ciencia y tecnología fue de $345 mil millones, ni el 1% en el Presupuesto. ¿Esta es la forma de innovar y desatrasar un país?
El compromiso de bajar el déficit se incumplió, permanece en el mismo rango. Al Ministerio de Defensa se le asigna el 15% del presupuesto, por eso cada seis meses nos debe informar el gasto de esos 24 billones. A la Registraduría le asignan 10 mil millones cuando le quitaron 200 mil millones. ¿Cómo garantizaremos la democracia sin tecnología adecuada para la transparencia en las elecciones? A la justicia le conseguimos 180 mil millones en la adición, muy poco si queremos resultados, pero por lo menos esta vuelve a tener el estatus de ministerio.
Los años del festín presupuestal en el Congreso desaparecieron; hoy las obras regionales sólo pueden ejecutarse con el cumplimiento de reglas de planeación.
Logramos 2,8 billones de más para inversión, dejándola en casi 37 billones, recortándole a Hacienda de sus gastos 1,1 billones que tenía de colchón, y disminuyendo el servicio de la deuda en 1,5 billones, pasando títulos hacia el futuro extendiendo su plazo, los otros 200 mil millones fueron traslados. Los temas de transferencias y deuda son una bomba de tiempo, para el 2012 llegan a los 66,4 billones –el 40% del presupuesto–, de seguir así será impagable.
Los liberales votamos el presupuesto con las modificaciones, después de hacer críticas y aportes, porque no seremos simples convidados de piedra. Una cosa es Unidad Nacional y otra unanimismo.