En Colombia pasan cosas tan únicas que la narración de las vivencias y fantasías de uno de sus pueblos convirtió al escritor de pluma privilegiada en Premio Nobel de Literatura.
Particulares han sido, también, los esfuerzos para superar la violencia. A pesar de las críticas que se le hacen al Frente Nacional, nadie puede negar que fue un paso trascendental para apagar la letal confrontación partidista.
Algo similar puede decirse de la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente. En este caso, la Nación mostró, nuevamente, su capacidad para hacer acuerdos dirigidos a construir una nueva institucionalidad para la paz.
Y, hoy, ¿qué pasa?
Resulta que a la oposición democrática se la sigue señalando como amiga de la guerra, a pesar de que muchas de sus posiciones empiezan a convertirse en decisiones o planteamientos públicos dentro del proceso de conversaciones en La Habana.
Veamos cuáles son las coincidencias de hecho:
El Centro Democrático (CD) ha insistido en la necesidad del cese unilateral y definitivo al fuego y hostilidades por parte de las Farc, con concentración y verificación. Pues las Farc han anunciado el cese unilateral indefinido con verificación.
Claro que hay diferencias, y no son menores, pero es evidente que la conveniencia de dar ese paso, a lo que se ha referido con insistencia el CD, ha sido reconocida.
Lo mismo sucede con el asunto de la verificación. Aquí también existen distancias acerca del mecanismo. Sin embargo, no puede desconocerse que hay posturas comunes con respecto a la necesidad de que un organismo capaz haga la supervisión requerida.
Igual cosa acontece con la concentración. Algunos integrantes del equipo negociador han tratado este punto en los medios de comunicación, y ahora se anuncia que equipos del Gobierno y las Farc discutirán el tema.
Desde luego, se tienen visiones distintas con respecto a lo que ha planteado CD, pero dejar de identificar aspectos compartidos sería tratar de tapar el sol con las manos. Ni hablar de lo que la fórmula a la presidencia y vicepresidencia de dicho partido planteó durante la campaña, a raíz de los entendimientos con la excandidata Martha Lucía Ramírez. Conversaciones sí, con condiciones, fue la propuesta durante el debate electoral.
Entre ellas, se mencionó el abandono de la práctica del reclutamiento de menores y el desminado. No hace mucho, las Farc anunciaron que dejarían de reclutar a niños menores de 17 años. Y, ahora, desde Cuba se le comunica al país un acuerdo para limpiar el suelo de Colombia de minas antipersonales.
Claro está que lo que la oposición propone no se refleja totalmente en las determinaciones que se han dado a conocer. No obstante, resulta imposible cerrar los ojos ante la existencia de posiciones que se aproximan.
Lo insólito es que, pese a las coincidencias de hecho con los planteamientos de CD, se sigue calificando a sus integrantes como enemigos de la paz.
Bueno es repetir, ahora, con Jorge González Moore, que “la generosidad siempre es el mejor camino”.
Carlos Holmes Trujillo G.
Excandidato a la Vicepresidencia de la República
carlosholmestrujillog@gmail.com
