El Gobierno ha anunciado una serie de medidas económicas que van en la dirección correcta. Acelerar el cumplimiento de la ley de punto final en salud, realizar desembolsos directos adicionales a beneficiarios de subsidios.
Un paquete que el Ministerio de Hacienda estima en cerca de $15 billones. También está el polémico decreto 444, que centraliza los recursos de varias fuentes, cuyo contenido no ha sido bien explicado y merece ser revisado.
Por su parte el Banco de la República ha dado liquidez a los bancos, por $20 billones y bajó la tasa de interés de referencia. Ojalá los Bancos concreten las promesas de ayudas y sean hoy una buena cadena de trasmisión de la liquidez inyectada por el Banco de la República.
Estas medidas me parecen bien, pero pueden quedar cortas y su implementación demorar más de lo que la urgencia de la situación amerita. Con el ánimo de contribuir me permito sugerir unas acciones adicionales.
La emergencia decretada le permite al presidente Iván Duque, tomar decisiones arriesgadas para un hecho claramente sobreviniente.
Primero, acelerar los gastos de inversión previstos en los presupuestos de todas las entidades públicas y proponer como meta que sean ejecutados antes de junio de este año.
Esta medida tiene varias ventajas: todos corresponden a proyectos ya diseñados y viabilizados, están en la ley de presupuesto y sólo se requiere que Hacienda descongele el Plan Anual de Caja.
Esto cubrirá todos los sectores y la estructura estatal está diseñada para hacerlo. Cada año, se congela la caja hasta agosto y ponen a correr a las entidades los últimos meses del año. Mi propuesta para evitar esto es háganlo ya.
En segundo lugar, usar los hoteles para ampliar la capacidad de atención de servicios de salud en esta emergencia.
Andrés Mejía ya lo esbozó en su cuenta de Twitter: allí se pueden confinar los colombianos que lleguen del extranjero durante una cuarentena obligatoria.
También se pueden hacer adecuaciones de emergencia para personas infectadas que puedan ser tratadas sin las complejidades de una unidad de cuidados intensivos. Esto además contribuirá a apoyar el sector hotelero que es uno de los más golpeados.
Lo tercero es supervisar que los bancos si canalicen de forma rápida y otorguen verdaderos alivios los recursos que les han entregado. Existe el riesgo de que los $20 billones, entregados a un solo sector con alto nivel de concentración, terminen siendo usados para aliviarse a sí mismos y no trasladarlos a los millones de usuarios del sistema financiero.
Cuarto, usar intensivamente la información disponible, para entender la situación. En la actualidad, la calidad y oportunidad de los datos epidemiológicos no es homogénea.
El Gobierno está en una carrera contra reloj en la cual contar con buenos datos es vital.
Como ha dicho Yuval Harari, hoy puede ser más importante “nuestra capacidad de contar con buena información que las medidas de asilamiento”.
César Caballero
Director de Cifras y Conceptos
ccaballero@cifrasyconceptos.com