El 13 de agosto de 2014, una semana después de su posesión para un segundo mandato, el presidente Santos convocó a la Comisión Nacional de Competitividad y presentó los 11 ejes de la agenda de competitividad: la institucionalidad, la estabilidad macroeconómica, las prácticas leales de comercio, la legalidad y la anticorrupción, la justicia, la infraestructura, el empleo y la educación, la transformación agropecuaria, la transformación industrial, la ciencia y la innovación, y el desarrollo regional. Estos últimos 4 son los ejes que corresponden a la política de desarrollo productivo o política industrial moderna.
A partir de este banderazo de salida, desde el gobierno, se ha consolidado una agenda sólida para el ramo productivo, incluido el sector agro, agroindustrial, manufacturas y servicios. El Plan Nacional de Desarrollo ‘Todos por un nuevo país’, da los lineamientos para el desarrollo de una política industrial moderna a lo largo de esos 4 ejes en su capítulo de competitividad estratégica e infraestructura, y fortalece la institucionalidad para la competitividad. Desde el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo se construyó una estrategia de 4 años, en la que las políticas comercial e industrial se compaginan en una única agenda para el crecimiento. Una agenda ambiciosa que busca lograr US$30.000 millones en exportaciones no minero-energéticas al 2018l a partir de la innovación, el aumento de la productividad, y el aprovechamiento de los TLC.
La política industrial moderna es intensiva en coordinación entre entidades del gobierno, entre gobierno, sector privado y academia, y entre la nación y las regiones. La ministra Cecilia Álvarez-Correa, mediante el uso de mecanismos novedosos de articulación, como el esquema de Proyectos de Interés Nacional Estratégicos (Pines), está logrando ese engranaje del más alto nivel entre entes del gobierno para potenciar los instrumentos de política actuales y resolver los cuellos de botella –fallas de mercado y de coordinación– que impiden que las empresas aumenten su productividad, se internacionalicen y crezcan con innovación.
Un ejemplo novedoso de implementación de este plan de política industrial moderna son las agendas regional y sectorial para la generación de oferta exportable. El Presidente y la Ministra lideran un diálogo público-privado estructurado para identificar y resolver los problemas de exportación: el costo-país, problemas de productividad, barreras no arancelarias y acceso a nuevos mercados. La agenda incluye el convenio entre el Invima y el Ministerio de Comercio, mediante el cual se han resuelto cuellos de botella de vieja data, y un novedoso ejercicio de cierre de brechas de capital humano.
Finalmente, en el contexto del Sistema Nacional de Competitividad, Ciencia, Tecnología e Innovación, se instaló el Comité Técnico Mixto de Políticas de Desarrollo Productivo de Largo Plazo, en compañía del sector productivo, representado por la Andi, el Consejo Privado de Competitividad y Confecámaras, que busca institucionalizar estos instrumentos de coordinación. Junto con la formulación de la política nacional de ciencia, tecnología e innovación y la agenda de cierre de brechas de capital humano, se consolida la agenda microeconómica para el crecimiento empresarial. Una agenda que nos permitirá seguir siendo el país que más crece en la región, eliminando la pobreza a tasas record, reduciendo la desigualdad, y consolidando un país de clase media.
Daniel Gómez G.
Asesor, Ministerio de Comercio, Industria y Turismo
dgomez@mincit.gov.co