Las noticias sobre la reducción del crecimiento económico de China siguen, generando algo de expectativa en empresas con unidades de negocio dependientes de dicho país. Sin embargo, dicha reducción corresponde más a una explicación técnica que a un llamado de emergencia y representa un contexto positivo para países como Colombia.
Según el FMI, las expectativas de crecimiento de China para el 2015 se estiman en 6,8. Esto, debido, principalmente, a que los motores, base del crecimiento económico, como el empleo, el capital (Inversión Extranjera Directa (IED)) y el incremento en productividad han alcanzado su punto máximo en los últimos dos años. En el 2012, la mano de obra alcanzó su mayor oferta en dos décadas y la IED correspondió al 40% del PIB. Paralelamente, la brecha en tecnología (productividad) entre China y las economías desarrolladas se ha ido cerrando.
El contexto anterior apunta más a un periodo de estructuración para un crecimiento sostenible que a una etapa de crisis. Xi Jinping ha concentrado sus esfuerzos en establecer unas bases de crecimiento sostenible, enfocadas en la inversión extranjera saliente (ODI por sus cifras en inglés), innovación, expansión en mercados en desarrollo y consumo interno.
A comienzos de marzo, el gobierno chino reveló la cifra final de la ODI, que alcanzó un total de 102.900 millones de dólares (crecimiento del 14% anual), mientras que la IED creció 1,7%, alcanzando un total de 119.600 millones de dólares. Este comportamiento, direccionado al objetivo de igualar ambas carteras, es una estrategia impulsada por Beijing en pro de que las empresas adquieran marcas y tecnología en otros mercados, con el fin de incrementar su competitividad. Hong Kong continúa siendo el principal destino de inversión, sin embargo, EE. U., Europa y África vienen creciendo como destinos del capital chino. Un ejemplo claro, el anuncio de Lenovo de adquirir la división de celulares Google Motorola. La ODI china seguirá creciendo y en búsqueda de destinos emergentes con políticas atractivas a su capital; una de las oportunidades que Colombia debe incluir en su agenda económica para industrias donde existan afines.
El incremento productivo de China la sigue perfilando como un proveedor de alto valor agregado, aportando soluciones en productos y servicios para industrias en las que Europa y Norteamérica han sido líderes (maquinaria liviana, pesada, automotriz y alta tecnología).
Esto genera un encuentro positivo con la expansión industrial colombiana y la creciente demanda de diferentes productos y/o materiales de valor agregado para el incremento productivo.
Finalmente, la expansión del consumo interno de China como principal motor de crecimiento económico continúa siendo la gran oportunidad para los exportadores colombianos. Un consumidor en occidentalización y un alto nivel de urbanización hacen del país un mercado perfecto para las próximas dos décadas. El 2015 para China y Colombia, además de representar 35 años de relaciones diplomáticas, equivale a un año de transformaciones chinas, que lo único que significan son mayores oportunidades para que la agenda económica se alinee a las políticas ofrecidas por nuestro segundo socio comercial.
David Pérez
Empresario
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