El presidente electo Iván Duque, escribió en twitter: “Establecimos los lineamientos de nuestro gobierno sobre los pilares de legalidad, emprendimiento y equidad, con ejes transversales en infraestructura, sostenibilidad ambiental e innovación”. En la práctica, estos son los elementos que le servirán de base al DNP para elaborar el Plan Nacional de Desarrollo.
Según lo anterior, los siguientes son los objetivos que los analistas consideran prioritarios para el país: impulsar otras fuentes de crecimiento económico sostenible, dado el agotamiento de las tradicionales; desarrollar nuevos sectores económicos que impone la cuarta revolución industrial; facilitar la movilidad social para legitimar el contrato social, y reducir las peligrosas disparidades regionales.
El tema de legalidad fue central en la campaña del nuevo presidente. De una parte, la ilegalidad representada en el narcotráfico, el contrabando y la minería ilegal, entre otras, sigue siendo el principal dolor de cabeza del país, en particular en lo institucional, e impide el desarrollo del sector agropecuario, que es crítico para la generación de nueva oferta exportable en el corto plazo.
La legalidad incluye el tema de la informalidad, la cual representa cerca del 50 por ciento del empleo, el 65 por ciento de las unidades productivas y la generación de un tercio del PIB. Este sector se caracteriza por evadir la mayoría de los impuestos, las contribuciones sociales y no cumplir con sus deberes ambientales. Por otra parte, es un ramo de bajísima productividad y atrapa gran cantidad de mano de obra que podría ser útil en áreas modernas de la economía. Expertos recomiendan estrategias sectoriales para aumentar la productividad y facilitar su proceso de formalización.
En cuanto al emprendimiento, es un punto crítico para el desarrollo de nuevos sectores modernos en la economía. De esto es mucho lo que se ha discutido, pero no se han invertido los recursos públicos necesarios que apalanquen dineros privados para fomentar de manera masiva esta actividad. La experiencia de Ruta N, en Medellín, puede servir para orientar el diseño de una política efectiva en esta materia.
La equidad, es asunto crucial. No basta con reducir la pobreza, la sociedad nos demanda mucho más. Las expectativas de las familias que salen de la esta condición no se reducen a tener lo básico para alimentarse y un techo digno. Quieren llegar a la clase media, que sus hijos puedan acceder a educación superior, y las mujeres no sigan atrapadas en el hogar cuidando niños y personas de la tercera edad. Por ello, es clave ampliar la cobertura de atención a la primera infancia, la atención diurna del adulto y definir una política público privada para ampliar los cupos técnicos, tecnológicos y universitarios.
En cuanto a los elementos transversales, indudablemente la infraestructura, a pesar de sus importantes avances en los últimos años con las 4G, aún requiere mayor apoyo para lograr el cierre financiero de todos los proyectos. Para ello se requiere la participación de más empresas constructoras extranjeras, que las locales se capitalicen para aumentar su capacidad de endeudamiento y ejecución y buscar nuevas fuentes de capitalización para la FDN.
También es reconfortante que la sostenibilidad ambiental sea un criterio clave para el gobierno. Este es un reto ineludible, pues es una realidad mundial que hay que buscar mayor resiliencia climática de nuestro país, implementar la política de crecimiento verde que permita un uso más eficiente de los recursos naturales y desarrollo de nuevos sectores, como la bioeconomía y la economía circular. Finalmente, la innovación es un tema que va de la mano con el emprendimiento, pero es importante fomentarlo en el aparato productivo.
Indudablemente, estos anuncios del nuevo gobierno permiten estar confiados de que su estrategia de desarrollo está bien orientada para responder a los retos inmediatos que tiene el país. Ahora, todo dependerá de la adecuada ejecución de buenas políticas y programas.