La Ley Marco de la Salud elevó la salud en Colombia al rango de derecho fundamental autónomo. Ese derecho adquirió así un reconocimiento superior a derechos que no tienen esa categoría en la ley, como son los derechos a la vivienda, a la educación o al trabajo. Sin embargo, el Ministerio de Comercio, por presión de la Ocde, y sin competencia ni conocimiento en la materia, ha decidido afectarlo emitiendo un decreto para intervenir en las declaratorias de interés público de los medicamentos que busca bloquear las que puedan reducir los precios de algunos de ellos para el sistema de salud.
En otras palabras, un decreto que servirá para privilegiar las ganancias de compañías basadas en países Ocde sobre el acceso de los colombianos al derecho fundamental a la salud.
Este desaguisado, que costará cientos de miles de millones de pesos en sobreprecios de medicamentos, es apenas otro de los sacrificios en los que Colombia está incurriendo para entrar a la Ocde. Porque las ‘recomendaciones’ de ese ‘club de países ricos’ son de toda clase. Algunas corresponden a obvias necesidades ya diagnosticadas, como reducir la desigualdad, mejorar la infraestructura, diversificar la canasta exportadora o revisar el sistema pensional. Pero muchas son muy preocupantes y debieran estudiarse con cuidado, pues pueden causarle graves daños al país.
Entre estas últimas están las que plantean abrir más la economía y reducir indiscriminadamente los aranceles aún más, así como flexibilizar más los mercados de servicios. O las que cuestionan nuestros exiguos apoyos a la producción agrícola (US$3.000 millones en el 2015), mientras las ayudas al agro pasan de US$211.000 millones al año en los países de la Ocde y llegan a US$307.000 millones en China. O las que critican el ‘alto’ salario mínimo colombiano, al tiempo que los países Ocde siguen sin ratificar tratados esenciales de la OIT que Colombia acoge con gran celeridad, como es el caso de Estados Unidos, que ha ratificado apenas 14 de 189. O los informes económicos que han recomendado incrementar en Colombia algunos impuestos como el IVA, tanto en valor como en alcance, y proponen que cubran servicios como educación, electricidad y transporte.
En el proceso de adhesión, los técnicos ‘imparciales’ de la Ocde –que no son más que burócratas del mundo desarrollado que despachan desde París– recomiendan cambios en la legislación y políticas nacionales. Recomendaciones ‘voluntarias’ que en muchos casos los países ricos no adoptan, pero que para los pobres como Colombia se vuelven obligatorias. En virtud de ellas, deberemos atender 250 instrumentos legales de la Ocde, desde decisiones expresamente obligatorias hasta acuerdos no vinculantes (que con seguridad obedeceremos a rajatabla), sobre los más diversos temas.
Es grave que para pertenecer a la Ocde Colombia se esté embarcando en normas y obligaciones cuyo costo no está claramente determinado, pero que evidentemente será monumental y potencialmente muy dañino para su futuro desarrollo. Como lo es que lo esté haciendo sin que, fuera de babosas especulaciones de carácter general, exista un solo estudio que cuantifique o, al menos, muestre beneficios concretos de esa afiliación.
Pero lo que es una verdadera desgracia es que nadie, ni la academia, ni los empresarios, ni el Gobierno, se interese en estudiar con juicio los efectos y consecuencias de tan serio paso.
Ocde-sgracia
Es grave que para pertenecer a la Ocde Colombia se esté embarcando en normas y obligaciones cuyo costo no está claramente determinado.
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Téngalo en cuenta: estas son las rutas aéreas en las que más turbulencias se registran
Destacados
Más Portales
Nuestros columnistas
Alex Bouaziz
¿Es el fin del sueño americano?
Las capacidades, no la ubicación, serán el factor determinante de las oportunidades de empleo.
Rodolfo Segovia S.
Petro tenaz
Rafael Herz
Liviandad y crueldad
Luis Arango Nieto
El Cerrado brasileño: ejemplo para la Altillanura
María Sol Navia V.
El Estado no controla parte del territorio
Cesar Pabon
¿Cautela o relajamiento?
Jorge Restrepo
¿Perdemos a Ecopetrol?
Eduardo Behrentz
Seguridad: fundamento de la democracia
Carlos Tellez
Estrategias obsoletas
El direccionamiento estratégico va tomando forma sobre la marcha, incluso por inercia.
Mario Hernández Zambrano
Estoy jugado por Colombia ...
Cristina Vélez
El privilegio del voluntariado
Otros Columnistas
Cotización a pensiones se cuenta en días
Otros Columnistas
Abriendo puertas, cerrando heridas
Ricardo Santamaría
Constituyente: ¿Para qué?
Enfóquese en lo que pueda hacer bien hasta el 2026 y permita que la democracia siga su curso.
Camilo Herrera Mora
A los caricaturistas
La capacidad de decir algo fuerte, con pocas palabras e imágenes, es la virtud de haber comprendido.