Hace algunos días asistí a una reunión de legisladores católicos de diferentes países del mundo en Roma, en donde tuvimos la oportunidad de escuchar al papa Francisco en audiencia. En su discurso, breve, de palabras sencillas, pero profundo, dejó algunos mensajes centrales que bien vale la pena reflexionar, especialmente para los líderes del sector público.
En primer lugar, Francisco se refirió a la importancia de construir una sociedad humana y justa. Algo que podría sonar como un lugar común, pero ¿realmente se cumple en Colombia? Llama especialmente la atención la palabra ‘justa’, puesto que vivimos en un país donde quienes cometen delitos graves no pagan cárcel y obtienen beneficios políticos; un país en donde quienes se enriquecen con dineros públicos tienen penas, muchas veces, irrisorias, y, por lo tanto, el costo-beneficio promueve que se siga cometiendo actos de corrupción; un país en donde los ciudadanos no confían en el sistema judicial y, por ende, muchas veces buscan generar justicia por mano propia, desnaturalizando así este concepto que debe ser garantizado por el Estado. La justicia es, sin duda, un tema que además de reflexión merece acción y cambios. En la medida en que aumenta la injusticia, se debilita el Estado, por ello, urge corregirla.
Luego, el Papa insistió en que las leyes y decisiones que se tomen y apliquen deben construir puentes de diálogo entre quienes tengan puntos de vista políticos diferentes, incluso opuestos, con el fin de promover un mayor cuidado por los vulnerables y marginados. Ante el fin del actual gobierno y la llegada de uno nuevo, merece la pena pensar en lo que une a diferentes sectores y no lo que divide.
Este llamado de atención de Francisco llega en un momento oportuno al país, pues ante el creciente populismo que busca alcanzar el poder en Colombia, hace falta que quienes genuinamente creemos en la democracia liberal y en sus instituciones, hallemos puntos de encuentro para enfrentar el populismo que promete justicia social en el discurso, pero que a la hora de gobernar, además de promover enfrentamientos entre sectores sociales, someten a los más vulnerables y marginados a la dependencia de quienes gobiernan el Estado con programas y políticas que solucionan necesidades básicas temporalmente, pero que no son sostenibles, ni generan progreso personal o desarrollo social.
Finalmente, Francisco invitó a promover una adecuada ecología natural y humana.
Llamado que hace desde la Carta Encíclica Laudato Si, en la cual insiste en la importancia del cuidado del planeta y de los cambios necesarios para hacerlo desde el sector público y privado. En el marco de las campañas políticas que se avecinan, bien merece la pena que los candidatos tengan propuestas sinceras y realizables para cuidar el privilegiado, pero frágil medioambiente de nuestro país. ¡Bienvenido papa Francisco!
columnista
Francisco: justicia, diálogo y ecología
Hace algunos días asistí a una reunión de legisladores católicos de diferentes países del mundo en Roma.
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Federico Hoyos
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