Expertos en el tema afirman que para ser considerada una tecnología en el campo de la información y las comunicaciones se requiere: creación, proceso y comunicación de la información; intercambio de información; comunicación y transmisión, abarcando todo tipo de información (textual, imagen y sonido) y se debe transmitir por un mismo medio; mayor influencia en los procesos mentales que realizan los usuarios para la adquisición de conocimientos, más que sobre los propios conocimientos adquiridos; el impacto no se debe reflejar únicamente en un individuo o grupo, sino se debe extender a la sociedad; deben producir innovación y cambio constante, y , por último, la utilidad se debe generar desde la comunicación entre personas hasta crear informaciones nuevas.
Por lo anterior, se debe esperar un efecto sobre la productividad y un reflejo en el costo total, puesto que si este aumenta menos que la producción, se puede decir que hay economías de escala. Este contexto permite observar que las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) deben tener como fin mejorar el bienestar. No obstante, por diversas razones, los efectos no siempre así ocurren.
Diversos estudios establecen diferenciaciones y particularidades con respecto al efecto de las TIC sobre la productividad y el crecimiento económico. Hay trabajos (Colecchia-Schreyer, 2002) que muestran un efecto positivo de la inversión en TIC sobre el crecimiento e incluso en el desarrollo de los países. Contrariamente, hay otros que dejan ver efectos negativos, llegando afectar de manera adversa los ingresos y los niveles de calidad de vida de los habitantes (Forestier, Grace y Kenny, 2002).
Pero, en países desarrollados también se presentan impactos que no son muy favorables. Estas divergencias entre las economías desarrolladas se pueden observar entre Estados Unidos y países europeos (Daveri, 2002).
Investigadores del Banco Mundial y la Universidad de Nueva York (Forestier, Grace y Kenny), trabajaron sobre poblaciones con altos índices de necesidades básicas insatisfechas, ubicadas en países con bajos niveles de desarrollo e ingresos. El resultado fue que los servicios de telecomunicaciones han tenido un impacto positivo y significativo sobre el crecimiento de la desigualdad, y poco efecto en las variables de calidad de vida.
Así las cosas, es relevante evaluar en Colombia las consecuencias que ha causado la inversión en TIC. Las investigaciones en otros países indican que es necesario hacer seguimiento en cuanto al uso, la inversión y la productividad.
En nuestro país los trabajos se ubican en la medición de indicadores que describen el nivel de ciertos elementos como cantidad de usuarios, tabletas, gasto, estudiantes, programas académicos en TIC, patentes, proyectos, PIB y montos de inversión. Se observa que cada uno son insumos que deben jugar un papel dentro de una ecuación de productividad. Desde ahí se debe medir el impacto de las TIC en Colombia sobre la productividad y desarrollo.
Francisco Montes V.
Magíster en Economía
jmontes4@hotmail.com