Aunque comprendo los beneficios que ofrecen, quiero referirme a sus paradojas de medios y fines: la tragicomedia de la tendencia online .
Mi propósito era escribir sobre la seguridad informática en los wikis, pero mi editor de texto no reconoció este anglicismo; aunque parezca fuera de onda, quiero compartirles mi percepción de los factores que nos aíslan en la euforia tecnológica, basado en una interpretación particular de su argot. Inicio generando contexto en torno a la red, pues hace años nos reprochaban por vivir en las ‘nubes’; ahora la moda es estar en el cloud, donde creamos un mundo a imagen y semejanza de nuestras ficciones de ubicuidad, concurrencia y omnisciencia.
Sin embargo, estamos en-red-ados en la matriz cibernética, pues con aparatos más sofisticados y menores costos nos comunicamos más, pero no lo hacemos mejor; aunque el objetivo primario de Internet era democratizar el acceso a información y conocimiento, la mayoría de personas no parece saber más de lo que facultaba a la antigua usanza; el libre mercado de contenidos se corrompió como el financiero, pues aunque los navegadores han evolucionado, naufragamos en un mar de información tóxica, desechable y mediocre.
Y es que como efecto viral la adolescencia de la red contagió a muchos con un segundo aire, pues se bautizan ( nickname ) para llamar la atención, otros como el ex presidente Uribe cazan peleas por Twitter , y por caridad cualquiera es ‘amigo’ en Facebook , donde compiten para superar la meta del millón de amigos que dejó Roberto Carlos; un reality donde las personas exponen su vida privada al dominio público, mediante ‘cuentas’ donde se empeñan con carácter vinculante.
Debemos educarnos en el uso adecuado de estas libertades, pero, seamos conscientes, lo anterior proyecta señales inequívocas de las carencias de una sociedad aislada, y una crisis de valores; en efecto para suplir vacíos de estima e identidad Shakespeare hablaría de máscaras y álter egos, pero los ‘avatares’ mutaron hacia la realidad y propiedad virtual, donde transamos proyecciones y derivados.
Vivimos en burbujas.Como sea, todos mordimos la ‘manzana’ del pecado, y estamos a un click o pin de distancia, estresados porque no tenemos señal o minutos; tan cerca y tan lejos, el trabajo nos persigue a todas partes, y, sin discriminar urgencia e importancia, vivimos ansiosos por responder online ; claro, esto no es gratuito, pues con afán simplificamos el mal español que hablábamos, y el ahorro del esfuerzo para escribir se traduce en 140 caracteres para twittear, lenguaje del cual me declaro analfabeta.
La tecnología, pensada para facilitarnos la vida, vertiginosa nos ha guiado al desasosiego, el consumismo y la pereza; tomemos conciencia para obtener el mejor provecho de las TIC: es libre albedrío seguir condicionados por las modas, como marionetas inalámbricas del determinismo tecnológico.