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Germán Eduardo Vargas
columnista

Gestión inhumana: ¿sueño de un hombre ridículo?

Sectorizar la compensación induce burbujas. Garanticen poder adquisitivo digno y regulen máximo, salarial y pensional, para neutralizar la inequidad. 

Germán Eduardo Vargas
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Germán Eduardo Vargas

Corrupción regulatoria, cosechamos las externalidades negativas del capitalismo financiero, la desindustrialización y uberización (Nuevas y antiguas formas de informalidad laboral y empleo precario, 2019): miseria, inseguridad social y regresividad (Concentración del Ingreso y Salario Medio/Mínimo, 2019).

Según Carrasquilla y el contratista gremial, Pissarides, nuestro mínimo es “ridículamente” alto; sus estándares son tan inmorales como la Ley, y las “bacantes” del Dane, aunque Farné diga que “no estamos tan mal como dicen las estadísticas”. Paradoja del falso positivo, la elasticidad depende del resiliente rebusque nómada, que agota cualquier posibilidad antes de convertirse en sedentario (nini).

Esas tragedias las redactan en bacanales tripartitas, donde celebran que la OIT cumple siglos (no metas); la academia se trasnocha con la tecnocracia; los sindicatos sólo abogan por su minoría; los padres de la patria transaron paternalismo por abandonismo; la defensoría no protege al pueblo, y la corte “falla”.

Cubriendo de andrajos la Economía, denominándola Colaborativa, el Lucro pide ser tratado como Limosna (Solidaria). P.ej., Rappi recluta voluntarios, evade facturas y capitaliza las vueltas; además comulga con Duque, yendo de gorra en la economía naranja (Semana, 14/4/2018).

Dios les pague. Trabajar, trabajar y trabajar, contraviniendo a Keynes (y Russell, Elogio de la Ociosidad), la jornada promedia 37h en la OECD; además, invalidado el Derecho a la Desconexión, las esclavistas gig demandan plena disponibilidad, imponen tiempos muertos que penalizan, y jaquean la menospreciada Economía del Cuidado.

La UE publicó Hacia los principios comunes de la flexiguridad: más y mejor empleo; estrenó neologismo, desgastó promesas, y desperdició adverbios y adjetivos: nada más. Pasaron años hasta que, el reciente 11/9, California neutralizara 2 torres gemelas, Uber y Lyft, reclasificando como empleados a los freelance gig, para garantizarles al menos un mínimo y seguridad social; en línea con esto, el gobierno alemán procura acabar con la explotación, imponiendo obligaciones a grandes empresas, como DHL, frente a la subcontratación.

Los gobiernos y empresas han transferido incertidumbre, costos y tiempos, a los insolventes ciudadanos. Propongo, entonces, reformas estructurales y adecuaciones a pliegos de peticiones: todo contrato sea indefinido -estilo empleo público-; la jornada ordinaria sea 30h -tipo Fecode-; trabajemos 3 días por semana, y dispongamos 4 meses de vacaciones -como congresista-.

Aseguren la educación superior, pública, universal y gratuita; diseñen programas para ‘ninis’ y contribuyentes de la economía del cuidado, con las Cajas de Compensación. Sustituyan las temporales, con las Cámaras de Comercio.

Sectorizar la compensación induce burbujas; garanticen ingresos cuyo poder adquisitivo sea digno, y regulen un máximo, salarial y pensional, para neutralizar la inequidad. Eliminen los contratos de prestación de servicios, promoviendo la especialización B2B. Objetivo común, escalonen incentivos tributarios, vinculados a las estadísticas de empleo. Regulen un anticíclico kurzabeits, y reclasifiquen el burnout como síndrome ocupacional, y asociado a la amenaza del desempleo y la realidad del subempleo.

Germán Eduardo Vargas
Catedrático
german.vargas@uniandes.edu.co

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