¿Cuál es el grado de satisfacción con nuestros gobernantes? En lo personal, puedo opinar de tres: el presidente Juan Manuel Santos; el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, y el alcalde de Sáchica (Boyacá), Miguel Abril.
A los tres les he dado la mano por lo menos una vez en la vida y, tengo que confesarlo, todos me caen bien como personas. Lo que no sabré jamás es qué opinan de mí. ¡Qué frustración!
Los tres hasta ahora han demostrado transparencia en el manejo de los recursos, han ordenado el caos dejado por las anteriores administraciones, no chuzan a nadie y creen en la democracia. Hablan de frente, aunque lo que digan sea impopular y bajen en las encuestas. El más agradable: Abril.
Por supuesto, todas las semanas me saluda, a lo mejor sabe quién soy. De pronto, hasta me identifica.
El caos en las carreteras nacionales, en la movilidad de Bogotá y en la llegada a Sáchica subsiste. Sin embargo, se ve movimiento en contratación y ejecución de obras. Lo que anunciaron en sus planes de desarrollo se cumple con lentitud, pero parece que hay voluntad para orientar los recursos públicos hacia los fines propuestos.
A lo mejor se realice eso de: “Al principio fue el caos”, ¡iluso que es uno!
En educación, pasa poco en la nación y en Sáchica. En la primera, por inanición; algún día la Ministra entenderá que ya no es la presidenta de la Cámara de Comercio, y, en la segunda, por física falta de plata. En Bogotá, se recupera la plática, se combate la corrupción y crecen las amenazas, ‘pasos de animal grande’.
Hasta bachillerato, bien. Pocas alianzas y diálogo con las universidades del Distrito Capital. ¡Algún día!
Se presentaron las reformas tributarias en la nación y en Bogotá. Se dice que promoverán el empleo y que se recolectarán nuevos recursos con impuestos a los más ricos.
En la nación, menos parafiscales, eso sí sin tocar Cajas, ni ICBF, ni Sena. ¿Quién pagará entonces? En las dos, impuestos a los más ricos y tratamiento para evitar la evasión.
La de Bogotá implicará nuevos ingresos para financiar, en parte, el Plan de Desarrollo. En la nación, dizque es neutra, ¡no lo puedo creer!, Sáchica y los demás municipios: ‘invitados de piedra’.
Para qué, me siento un poco más tranquilo, aunque solamente ahora se abordan los temas fundamentales: la paz, el desarrollo agropecuario, el exceso de subsidios, exenciones y seguridad a la propiedad y a los inversionistas, la reforma a la salud y la restitución de tierras. Falta mucho.
Lo que es realmente increíble para mí es que con tan pocos progresos y tantas expectativas sin cumplir, sienta cierto sosiego. ¡Debe ser la vejez, la autocomplacencia y que no estoy pensando ni en el Congreso, ni en la Procuraduría!
Germán Umaña M.
Decano Economía de la Universidad Central
germanumana201@hotmail.com