Los aspectos relativos al comportamiento y la evolución de las cuentas externas son también retos económicos que deben ser analizados en profundidad, pues determinan la sostenibilidad de las economías en el mediano y en el largo plazo. El aumento del endeudamiento externo como porcentaje del PIB y, en consecuencia, del servicio tanto por intereses como por concepto de abonos al principal de la deuda, se constituye en una obligación que necesariamente contrae hacia el futuro la capacidad de gasto del Gobierno, si no se generan los ingresos externos suficientes para cumplir con estas obligaciones.
En Colombia, en los últimos cuatro años se ha incrementado en más del doble el porcentaje de participación de este endeudamiento en el PIB y alcanza un poco más del 40 por ciento. Por ahora esta tendencia preocupa, pero no es alarmante desde el punto de vista de la capacidad de pago del país. Desafortunadamente, ya causa efectos en la baja de las calificaciones de riesgo y encarece los costos de acceso a nuevo endeudamiento por el incremento de las tasas de interés.
Pero, el análisis de fondo es sí estamos en capacidad de generar en el futuro los recursos necesarios para honrar nuestros compromisos internacionales. La verdad, NO, mientras no se adopte una verdadera política económica que priorice el desarrollo de la economía real con políticas reales para la producción de bienes y servicios, promoción de la ciencia y la tecnología, aumento de los niveles de educación e incorporación del progreso técnico.
Un segundo aspecto es el relativo a la necesaria evaluación de las consecuencias de los Tratados de Protección de Inversiones suscritos por nuestro país con las economías desarrolladas, en los cuales se otorgó una ‘seguridad jurídica’ ‘cuasi - absoluta’ a los inversionistas extranjeros y a los monopolios y oligopolios internacionales que abusan de la posición dominante de los mercados en el marco multilateral, sin que se permita aplicar controles a la competencia desleal, a riesgo de ser denunciados y condenados en los tribunales de arbitramento internacionales.
Lo anterior, ha significado el aumento exponencial en las demandas externas, producto del desequilibrio entre lo suscrito en los TPI y el respeto a los derechos fundamentales de los colombianos. Seremos condenados si cumplimos con los mandatos de las consultas populares que se oponen a la explotación de recursos naturales sin asegurar la sustentabilidad, si controlamos el abuso en los precios de medicamentos y los agroquímicos, si creamos barreras a la inversión extranjera en educación, etc.
Lo anterior podría significar en los próximos años condenas a la nación por miles de millones de dólares, lo que unido a lo ya mencionado en materia de deuda externa y su servicio, se constituye en un factor de riesgo para la sostenibilidad económica y social.
Solo dos temas de los muchos que conforman los riesgos de la ausencia de una política de internacionalización. Y, aún hay quienes creen que no es necesario un cambio en el modelo de desarrollo y, hacen propuestas exclusivamente para generar crecimiento, reformas fiscales para otorgar beneficios a los más pudientes: los émulos de Trump en la derecha criolla.