El fútbol te regala valiosas enseñanzas, como todos los deportes. Aprender de ellos y aplicar sus lecciones al diario vivir es coaching. Claro que eso solo se logra con estas 3D: Deseo. Dedicación y Disciplina, para poder crear buenos hábitos.
Sin práctica constante no siembras nuevos hábitos, y sin ellos todo esfuerzo es efímero. En el balompié brillan las individualidades, pero solo se gana con una excelente labor de equipo. ¿Lo practicas? Mira si cada día eres más flexible y tolerante para armonizar con los demás, crear sinergia y lograr lo mejor.
En el fútbol a veces se gana y a veces se pierde. Aprender de las caídas es más importante que triunfar. Todo buen ganador ha sido y volverá a ser un buen perdedor que sabe levantarse de las caídas y superarse. En el fútbol como en la vida no hay rival pequeño y, cuando te confías, ese rival pequeño te derrota. En el fútbol hay ciclos y es normal subir y bajar, ya que pocas veces estás siempre de primero. Lo mismo sucede en “la rueda de la vida”: si estás arriba sé humilde y si estás abajo ten fe y arrojo para subir de nuevo.
Asimila sabias enseñanzas del fútbol y aplícalas en tu existencia: un buen entrenador o coach es exigente y es consciente de que si las normas no se respetan todo se va a pique. Él sabe que sin disciplina todo es caótico y, por eso, exige orden, cumplimiento y compromiso. Un buen coach es clave y hace lo mismo que deben hacer los buenos jefes o los padres al fijar límites para formar bien a sus dirigidos.
En el juego el árbitro no saca a nadie de la cancha; cada jugador se saca a sí mismo con su mal obrar. En el fútbol se admira a los buenos pasadores que, sin egoísmo, le dan la pelota al que puede hacer el gol, y se critica a los individualistas que se engolosinan con el balón haciéndole daño al equipo. En el fútbol el ánimo de los hinchas decide muchas victorias. ¿Cómo está tu capacidad de motivar a los demás?
Cada tanto las cámaras de la televisión enfocan a los aficionados más apasionados del Mundial. Es casi alucinante ver caras pintadas, atuendos estrafalarios, vistosos o exóticos, y un desbordante derroche de entusiasmo. Los hinchas van al cielo con un triunfo y al averno con una derrota.
De otra parte, coaching también es tener lucidez para dejar de lado lo negativo de un deporte mal asumido. El fútbol y otros deportes desnudan lo mejor y los peor de cada persona y a veces generan fanatismo y violencia. Elige mirar todo eso como un observador que busca equilibrio y no se involucra hasta el delirio.
Me fascina que las personas disfruten, se diviertan y estrechen lazos de unión gracias a un deporte. Al mismo tiempo sé que es sabio hacerse después preguntas porque es un estupendo modo de tomar conciencia. ¿Qué tal esa pasión en el amor y en el trabajo? ¿Por qué no vibrar igual en áreas más importantes de la vida? ¿Esos hinchas enardecidos dedican a su alma y a los que dicen amar un cuarto de la energía y el tiempo que invierten en el fútbol? No debido a una delicada inversión de valores. Es rico disfrutar un Mundial y es mejor examinar las prioridades de la vida y aceptar que no siempre están bien ordenadas.