Si bien el 2016 fue un año de altibajos y retos en materia económica, el 2017 se muestra con una perspectiva más alentadora, pero a su vez llena de desafíos e incertidumbre.
Aunque todo parece indicar que ya pasamos por el peor momento y que iniciamos un proceso de recuperación económica, hay aspectos en los que será necesario realizar un mayor esfuerzo, debido, en parte, al grado de incertudumbre generada por ciertas variables externas que no podremos predecir y que se salen completamente de nuestro campo de acción, como lo son, por ejemplo, las decisiones del nuevo presidente de Estados Unidos, que pueden afectar directamente a países de Latinoamérica, o la creciente tensión geopolítica internacional.
El primer indicador que muestra una recuperación es la tasa de intervención del Banco de la República. Se esperaba que disminuyera a inicios de este año, pero fue modificada el 12 de diciembre, un poco antes de lo presupuestado, dada la menor inflación con la que terminó el 2016 (5,75 por ciento), un punto porcentual por debajo de la inflación con la que cerró el 2015. Una menor inflación, aún por fuera del rango objetivo del Emisor, nos da pauta para que la tasa de intervención baje y estimule la economía.
Si bien es de vital importancia cuidar el poder adquisitivo de la población, en este momento de desaceleración económica, también lo es que se incentive la demanda interna, especialmente la inversión. Esta se vio fuertemente golpeada principalmente en el sector petrolero y en el estancamiento de las obras de infraestructura.
Otro punto a favor para la economía colombiana es la perspectiva de recuperación del precio del petróleo. Lentamente, se ha visto un leve aumento en la cotización de las principales referencias internacionales, al superar los 50 dólares el barril, lo cual, añadido a la inversión proyectada de 3.500 millones de dólares que Ecopetrol este año destinará a proyectos de exploración y producción, y al incentivo dentro de la reforma tributaria para esta misma actividad, puede repercutir en un cambio en las perspectivas del sector energético del país, así como en una presión menor para el precio del dólar.
Se espera que nuestra economía crezca entre 2,1 y 3,1 por ciento, de conformidad con las proyecciones del Banco de la República. Según expectativas del Banco Mundial, se esperaría un crecimiento del 2,5 por ciento, gracias, en parte, a la recuperación de los precios del petróleo, los cuales, al comparar su valor promedio en enero del 2016 (30,86 la referencia Brent, y 30,44 el WTI) con los precios en este inicio de año (56,90 para Brent y 52,94 el WTI), evidencian un crecimiento cercano al 80 por ciento, y las proyecciones de cotización son alentadoras para los próximos meses.
Ecopetrol busca mantener una producción diaria superior a los 700 mil barriles durante el presente año, y se espera que vuelva la dinámica positiva al sector, recuperando niveles de inversión en la exploración petrolera, que desde el 2014 se venía reduciendo notablemente.
Se espera que otros sectores económicos como el turismo, la agricultura y la industria tengan una dinámica positiva, beneficiándose de la entrada de nuevos inversionistas, gracias a la imagen del país a nivel internacional. El sector turismo está en un momento importante y es preciso saber aprovecharlo, pues será un motor para fortalecer la economía en una situación de desaceleración y contracción de la demanda interna, la cual se vio afectada por la inversión y el consumo de los hogares. Hoy, la expectativa es que este ramo sea generador de 300.000 nuevos empleos, los cuales serán fuente de ingresos para muchos hogares colombianos que podrán activar su consumo.
Hasta aquí se vislumbra un escenario positivo, pero se debe tener en cuenta que los retos que trae el año también son de gran importancia y requieren de un gran esfuerzo por parte del Gobierno y de los hacedores de política.
Sabemos que la demanda interna se vio rezagada el año pasado por cuenta tanto de la inversión pública y privada, como por el consumo de los hogares. Ahora, la inversión muestra señales de recuperación, gracias a la dinámica del sector petrolero, la ejecución de las obras de infraestructura 4G, la permanencia de la calificación de moneda extranjera por parte de las principales calificadoras y un recaudo fiscal más estable, debido a la reforma tributaria. El reto se encuentra en las finanzas personales: de qué forma los hogares van a hacer frente a la reforma tributaria y cómo se debe hacer para activar y estimular su consumo.
Asimismo, será necesario poner atención a la producción industrial y hacer un seguimiento al precio del dólar, cuyas fluctuaciones dependerán de factores externos que se irán forjando a lo largo del año.
Henry Bradford Sicard
Rector del Cesa.
El 2017: año de mejoría, pero también de desafíos
El reto se encuentra en las finanzas personales: de qué forma los hogares van a hacer frente a la reforma tributaria.
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