En medio de tantas críticas que rodean al sistema de salud colombiano, reconforta la buena noticia de la aprobación de la ley que permite la liberación de recursos por cerca de $3 billones para paliar la difícil situación que afronta la red hospitalaria nacional.
Sin duda, un aguinaldo anticipado que garantizará la disponibilidad de recursos para saldar las deudas con muchos hospitales en situación crítica, con saldo en rojo, que amenazaban con su cierre definitivo.
Esto significa tranquilidad para miles de colombianos, acaso los más pobres, que dependen de la atención que allí se les brinda.
Se alcanzaron tres grandes objetivos: uno, se redefinió el uso de saldos disponibles en cuentas maestras del Régimen Subsidiado de Salud, aportes patronales y rentas cedidas.
Dos, se habilitaron nuevas fuentes de financiamiento para el pago de deudas reconocidas del Régimen Subsidiado de Salud y, tres, se facilitó el saneamiento de cartera de la red hospitalaria con recursos de fondos como el Fonsaet y la Subcuenta de Garantías para la Salud del Fosyga.
Por una parte, con los saldos en cuentas maestras se están liberando recursos por $1,6 billones que se podrán destinar para cofinanciar el esfuerzo propio de municipios y distritos con el Régimen Subsidiado, pagar servicios de la población pobre no asegurada, financiar programas de saneamiento fiscal y financiero de los hospitales públicos en riesgo medio y alto, así como invertir en infraestructura y dotación hospitalaria.
Ante las millonarias deudas reconocidas que tienen, sobretodo, los municipios categorías 4, 5 y 6 con el Régimen Subsidiado, fue necesario habilitar nuevas fuentes de recursos a través de un préstamo del Fosyga por la suma de $150 mil millones. Estos recursos se darán prioritariamente a las entidades territoriales que hayan hecho inversiones en regalías y del Sistema General de Participaciones Propósito General de Libre Inversión.
Cabe aclarar que los municipios beneficiados deberán restituir estos recursos en un plazo no mayor a 10 años.
Adicionalmente, para que los municipios puedan pagar sus deudas, la ley introduce dos fuentes: líneas de crédito de Findeter y autorización para que las entidades territoriales que cuenten con recursos en el Fondo de Ahorro y Estabilización Petrolera (FAEP) adelanten el desahorro por 12 meses.
Hoy, la red hospitalaria pública enfrenta una crisis importante: 41,6% está en riesgo alto y medio, razón por la cual se necesitan recursos frescos para darle un respiro a sus finanzas. Para este caso, la ley define que a través del Fonsaet y la Subcuenta de Garantías para la Salud del Fosyga se puedan destinar recursos del orden de $482.500 millones en las vigencias 2012 y 2013.
Así mismo, la nueva ley autoriza el giro directo a las IPS hasta en un 80% de la Unidad de Pago por Capitación de las EPS que estén en medida de vigilancia especial, intervención o liquidación.
Además, blinda el buen uso de los recursos por medio del control que ejercerán los organismos competentes.
Enhorabuena se le ha lanzado un salvavidas a la red hospitalaria, pero los problemas estructurales que enfrenta el sector aún están por resolverse, y en esa tarea el Congreso deberá ocuparse en la nueva legislatura, en 2013.
Jorge Ballesteros Bernier
Senador, Presidente Comisión Séptima del Senado