En los últimos años, he tenido el privilegio de conocer a extraordinarios venezolanos en varios rincones de Colombia. Ciudadanos que salieron despavoridos de su país en busca de oportunidades y un lugar estable para desarrollar sus proyectos de vida. Hoy, los colombianos, tenemos que seguirles dando la bienvenida y hacerlos sentir parte de una nación que valora y promueve la diversidad.
Según cifras de Migración Colombia, el número de venezolanos en el país va en aumento. De 202.624 personas que ingresaron en el 2010, la cifra saltó a 329.478 el año pasado. De ellos, podemos evidenciar claros aportes a la economía y la cultura del país. En lo económico, Colombia tuvo el privilegio de recibir más de 18.000 exempleados -de la mal manejada Pdvsa- para modernizar el sector petrolero. Ecopetrol y muchos proveedores mejoraron productividad gracias a los aportes de talentosísimos venezolanos que llegaron a la industria.
En Bogotá, Barranquilla y otras ciudades, la construcción tuvo un gran auge gracias a una inyección de capital venezolano que permitió expandir la oferta de nuevas viviendas. El mercado inmobiliario creció gracias a ellos. Los venezolanos también han traído empresas y emprendimientos que han generado empleo.
Al país llegaron franquicias de Locatel y Farmatodo, y en varias urbes han abierto restaurantes y cafés como Picollo Venezia, Ciboulette, Positano, Budare’s, la Arepería Venezolana y Pan Sueko, entre otros.
Desde lo cultural, Colombia se ha beneficiado de la diáspora venezolana. En las galerías de arte, el comentario general es que “nuestros vecinos” han impulsado la venta y compra de obras de arte, permitiéndole a Colombia posicionarse como un lugar muy interesante para la muestra artistas.
Pero lo más importante es que esta diáspora ha permitido incentivar la innovación y la competencia sana, que solo viene cuando existe la diversidad en una sociedad. San Francisco (California) no sería lo que es si no fuera por su capacidad de usar la diversidad de los migrantes para impulsar su economía. Milán, Italia no sería un epicentro de moda, si no fuera porque a lo largo de los años los migrantes aportaron a nuevas formas de ver el mundo. Y Argentina jamás habría sido la potencia que fue si no hubiera tenido los aportes de ciudadanos de cientos de naciones que creyeron en la pampa del sur.
En Colombia, lastimosamente, hemos sido muy cerrados a los extranjeros. La violencia y el conflicto no nos permitió recibir diásporas en gran escala que le aportaran al país, y más bien salieron miles de colombianos en busca de un lugar estable y pacífico. En Venezuela nos recibieron cuando más lo necesitamos, y hoy es el momento para ser solidarios y valorar sus aportes a nuestra sociedad. Todos los venezolanos están invitados a construir esta naciente democracia porque sus aportes, sus formas; su cultura son valiosas para la etapa que empezamos a afrontar en Colombia. Nosotros sabemos que ustedes, queridos hermanos venezolanos, contribuirán en lo que la ley y esta sociedad les demande.
Los colombianos le cerraremos el discurso a quienes quieren montar sus plataformas políticas usando la xenofobia, porque aquí no queremos un presidente que vulnere los derechos de los extranjeros, ni que los ultraje, como está sucediendo en otros lugares del mundo.
¡Bienvenidos sean los venezolanos!
Juan David Aristizábal
Analista / juan@estamoscambiandoelmundo.com
Bienvenidos los venezolanos
La diáspora venezolana ha permitido incentivar la innovación y la competencia sana en Colombia.
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