No hay columnista que por estos días no escriba sobre candidatos y campañas. Para no quedarme rezagado y esperando no incurrir en una falta disciplinaria por mi condición de servidor público, les quiero recomendar no uno sino dos excelentes candidatos.
Se llaman TCS01 y TCS06. La T viene de Theobroma cacao, que es la especie del reino vegetal del cacao que se usa en la industria chocolatera; la C es de Corpoica y la S es de La Suiza, nuestro centro de investigación en el municipio de Rionegro, en Santander.
Esta pareja de candidatos fueron identificados en el 2008 en fincas de cacaoteros de Boyacá por investigadores de Corpoica. A partir de entonces, los dos aspirantes vienen desarrollando un trabajo de proselitismo en el que han competido en franca lid contra muchos otros participantes y contra los ‘cacaos gamonales’, que llevan rato siendo los predilectos de los agricultores.
En sus campañas, les ha tocado demostrar por qué son los que merecen el favoritismo del cacaocultor; han tenido que probar su mejor potencial productivo, comportamiento sanitario (tolerancia a enfermedades), calidad de sus granos y su adaptación a la montaña santandereana, principal región productora de cacao de Colombia, y en la zona cacaotera de Boyacá. La expresión de su genética combinada con el entorno (oferta ambiental), y un sistema riguroso de evaluaciones y toma de datos son las cartas que presentan estos candidatos para triunfar.
El viernes pasado fueron las elecciones. Investigadores de Corpoica defendieron, de forma exitosa, las características sobresalientes de los candidatos TCS01 y el TCS06 ante el Instituto Agropecuario de Colombia (ICA) para su aprobación en el registro nacional de cultivares. Nuestros aspirantes ganaron por amplia mayoría y son los primeros materiales de cacao en la historia del país que hacen parte de este registro, dándole una garantía oficial al sector agropecuario sobre la conveniencia de su uso.
El TCS01 es un árbol de alta producción, granos enormes y una excelente calidad. El TCS06 produce un poco menos, pero demostró una baja afectación a monilia –la enfermedad más limitante del sembrado, por lo que tiene también un alto valor para este cultivo. En las próximas semanas será la posesión de nuestros candidatos, en una ceremonia en la que los presentaremos en sociedad junto con una estrategia para su transferencia, que permita que su uso se masifique en el corto plazo.
El cacao es uno de los cultivos más promisorios que tiene el país y de los que mayor impacto económico y social pueden generar. La oferta y la demanda mundiales presentan un desbalance significativo que augura buenos mercados a excelentes precios en el mercado nacional y de exportación. La producción está en manos de pequeños y medianos productores, con unidades productivas que en promedio tienen 3,5 hectáreas y producen unos 450 kilos de cacao seco por hectárea al año, pero que con buenos materiales genéticos como el TCS01, y un buen manejo cultural, puede llegar a producciones que superen los dos mil kilos por hectárea al año, dejándole a los productores y sus familias plata y buena calidad de vida.
Excelentes candidatos, con buenas campañas y promesas claras y cumplibles, podrán hacer mucho por el negocio del cacao en Colombia, y por los campesinos que dependen de él. Pero como en la política, ya estamos pensando en quiénes serán aquellos que en unos años superen en franca lid a nuestros TCS01 y TCS06.
Juan Lucas Restrepo
Director ejecutivo de Corpoica
jlrestrepo@corpoica.org.co