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Lorenzo Dávila

La cumbre europea

Lorenzo Dávila
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Lorenzo Dávila

El principal problema de la pasad Cumbre Europea es que, volvemos a estar una vez más ante la enésima batería de ‘soluciones definitivas’ para una crisis sin fin, pendientes de la decisión de una Alemania contradictoria que permita la creación de bonos europeos y amplíe su contribución a los fondos de rescate europeos, para lo que exige la contracción de las políticas fiscales, mientras habla de políticas de crecimiento y empleo, mediante la bajada de impuestos, los mismos que sirven para frenar el déficit presupuestario, y contención de los salarios, esos mismos que frenarían la caída del consumo y el PIB.

Con su postura, Alemania gana tiempo para ocultar una realidad de la que ya hacía eco el informe de estabilidad financiera del 2011 del FMI, en el que los bancos alemanes, franceses y belgas encabezaban el ranking occidental de apalancamiento con niveles que iban de 32 a 1, en el primer caso, de 30 a 1, en el caso francés, y de 26 a 1, los bancos belgas. Esto sin entrar a ver los bancos individualmente, donde podemos encontrar entidades como el Landesbank Berlín o Dexia con apalancamientos de 53 a 1.

Si tenemos en cuenta que en el 2008 las instituciones estadounidenses más apalancadas eran Fannie Mae, Freddie Mac, Bear Stearns y Lehman Brothers, el antecedente es más que preocupante, sobre todo si son bancos que se mueven en el entorno del BCE, que no olvidemos llegó a subir los tipos de interés en el 2011, mientras compraba deuda pública griega, italiana o española para pasar a bajarlos y aplicar una dura expansión cuantitativa con la que va a seguir este mes.

Y eso sin entrar en el criterio de los ‘famosos’ test de resistencia, los mismos que tras el primero se intervinieron tres entidades irlandesas que pasaron la prueba, y en el segundo se intervino Dexia, que también aprobó, ni analizar los nulos progresos en el exceso de deuda privada, que es el verdadero problema por más que queramos perdernos en el espectáculo de la confusión del endeudamiento público.

La sinrazón o los intereses ocultos de Alemania llevan a que la foto final de la cumbre vuelva a ser una vez más la restricción presupuestaria, que puede llevar a muchos países europeos, entre ellos España e Italia, a una larga salida de la crisis que se puede dilatar por años, con un costo alto de capital humano.

En el peor de los casos, los mercados muy pronto volverán a dictar su ley en una solución en la que no pueden creer, en la medida en que empeora la calidad crediticia de sus deudores, con el ejemplo de Grecia a la cabeza, a la que se suma a gran velocidad Portugal, lo que tendrá que forzar una nueva cumbre de una Europa cada vez más deteriorada.

De momento, sin acuerdo para Grecia y la ampliación del Mecanismo Europeo de Estabilización, se deja para marzo, ignorando los vencimientos griegos de la próxima semana.

Lo peor de todo es que la nueva solución volverá a ser restricción presupuestaria, cualquier cosa con tal de que no pierdan los que han tomado posiciones de riesgo en los mercados.

No se si los europeos terminaremos aprendiendo, pero me temo que cuando lo hagamos puede ser demasiado tarde.

Lorenzo Dávila

Jefe de investigación IEB, Madrid

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