Cuando se concretó el TLC con Estados Unidos, eran negras las perspectivas para el cultivo de arroz, se afirmó que desaparecería de Colombia antes del 2015.
Estamos precisamente en ese año, y vale la pena mirar qué le ha pasado al cultivo entre el 2005 y el 2014. El área disminuyó 10%, al pasar de 434 mil hectáreas a 389 mil; la producción pasó de cerca de 2 millones cien mil toneladas a algo menos de 1 millón 720 mil toneladas, que equivale a una disminución de 18%. Esta reducción en producción se ha visto compensada por importaciones, que pasaron de 47 mil toneladas a alrededor de 300 mil.
En este lapso de tiempo la producción de arroz se ha venido ajustando. Los rendimientos bajaron de 5,05 toneladas por hectárea en el 2005 a 4,17 toneladas en el 2011, de ahí en adelante empezaron a incrementar hasta llegar a 4,66 toneladas en el 2014. Los costos, en pesos del 2008 se han mantenido en alrededor de 4,4 millones de pesos por hectárea. Sin embargo, los arrendamientos en precios reales aumentaron cerca de 14%, pero su participación en los costos totales disminuyó de 6,4% a 5,7%.
Las cifras anteriores pueden estar indicando que por razones del TLC, sanitarias y de clima, muchos agricultores de oportunidad están saliendo del cultivo, lo que demuestra así la disminución en área y en producción. En el futuro solo quedaran los más eficientes, lo demuestra el aumento en rendimientos desde el 2011 y la estabilización en los costos reales de producción. El incremento real en el valor del arriendo indica que los agricultores buscan las tierras más adecuadas y productivas.
Esta tendencia hacia mayor eficiencia se está logrando, atendiendo puntos claves como: eficiente control de malezas, plagas y enfermedades; en semillas, buscan lo mejor en un mercado bastante limitado; en maquinaria, buscan los últimos avances tecnológicos, pero su utilización eficiente depende de la capacitación de operarios, como lo vine haciendo la Fundación Fomenta.
Para contribuir a la competitividad del cultivo, Fedearroz tiene en funcionamiento su programa de transferencia integral de tecnología Amtec, en el cual están impactando cerca de 36 mil hectáreas y los resultados están mostrando reducción de cerca de 20% en costos de producción, y aumento de los rendimientos en alrededor de 25%.
A pesar de lo anterior, hay algunos puntos que deben ser tenidos en cuenta para mejorar aún más: incrementar la base genética para mejoramiento, la cual es débil por lo limitada, modernizar los procesos académicos para estudiantes de agronomía y masificar la inclusión tecnológica a través de asistencia técnica integral.
Por otra parte, ayuda a la eficiencia el apoyo al agricultor con infraestructura en zonas alejadas, pero productivas. Esto sucede con la nueva planta de secamiento, almacenamiento y trilla de arroz, construida por Fedearroz, en Pore (Casanare), dentro del proyecto de modernización tecnológica. La planta tiene capacidad para secar 500 toneladas por día, trillar 3.428 toneladas por mes y almacenar 21 mil toneladas por año. Con esta infraestructura, el agricultor podrá procesar y guardar el arroz hasta que convenga su venta.
Finalmente, en el cultivo de arroz están quedando los más eficientes, los cuales estabilizarán la producción, pero en el lado deficitario, por lo que será necesario seguir importando y, hacia el futuro, esto debe ser una constante, pero depende del precio del dólar.
Luis Arango Nieto
Exviceministro de agricultura
larangon@gmail.com