La entrevista de Yamid Amat al Ministro de Agricultura en El Tiempo y sus declaraciones sobre lo que él piensa del sector que va a dirigir, deja una mezcla de sensaciones. Por una parte, muestra un gran optimismo y unas ganas de arreglar el ramo, lo que es importante para la gran tarea que piensa desarrollar. Por otra, surge preocupación por el facilismo con que trata algunos temas.
Si bien el Ministro resalta la pobreza como elemento fundamental del atraso, posiblemente el espacio no permitió ahondar sobre el tema, a pesar de que dice que el Ministerio tiene apellido Rural. Aquí es importante recordarle que hay un proyecto de ley de desarrollo rural con enfoque territorial, el cual obviamente no es perfecto y puede mejorarse, pero anda engavetado esperando el acuerdo de La Habana, que cada vez se ve más lejos, pero la situación rural no da espera.
Preocupa al Ministro, y a todos, el envejecimiento de la población rural, y aquí es donde se requiere una acción que facilite a los jóvenes el acceso a la tierra, respaldado con capacitación y crédito.
Menciona el Ministro la sequía presupuestal del Ministerio y que es ahora donde el presupuesto ha pasado de 1 a 5 billones de pesos, aquí no se puede llamar a engaños. Ese significativo aumento presupuestal contiene una alta proporción de subsidios, muchos de ellos perversos. Por tanto, no es presupuesto con el cual el Ministro pueda disponer, pues ya está comprometido.
La disminución de las áreas sembradas de cultivos transitorios a 1,5 millones de hectáreas es una preocupación general. Respaldado el Ministro por las cifras de importación de maíz, pone como meta aumentar las siembras de maíz y soya en 1 millón de hectáreas en el cuatrienio.
Lo anterior definitivamente es un reto y ojalá se logre. Aunque existen algunos problemas de competitividad, se ha venido demostrando que es factible. Sin embargo, es importante solucionar el problema de la UAF y dar seguridad jurídica a la inversión extranjera. Hay dudas de que el capital colombiano esté dispuesto a tomar el riesgo.
El Ministro percibe a las instituciones lejanas al productor y tiene apoyo para entrar a arreglar el Incoder, pero debe ser consciente de que reformas institucionales toman años. Además, debe tener cuidado en revolver y quedar con las mismas personas en otras partes, la carrera administrativa lo puede llevar a esto.
Menciona el Ministro que la falta de asistencia técnica es el origen de la desolación del sector agropecuario. Si bien esto es cierto, es también importante y complementario fortalecer la investigación y la innovación. La inversión en investigación tiene altas tasas de retorno. En la entrevista muestra interés en revivir el Idema y en el paro agrario mostró la misma inclinación al intervenir el mercado de la papa con cuantiosas pérdidas. El país ya pasó por esa etapa y no es el momento para revivirla.
El Ministro considera que hay suficientes diagnósticos, pero debe considerar elementos como: la Misión Rural y el Censo Agropecuario para formulación de la política.
En este tema, es saludable escuchar, pero no dejar que le hagan la política desde afuera.
En una entrevista es imposible hacer un diagnóstico a fondo y hacer una completa propuesta. Sin embargo, vale la pena resaltar que el Ministro tiene la capacidad, el entusiasmo y el apoyo general para acertar. Además, tiene una oportunidad inmejorable para la formulación de una política (Ver: ‘Oportunidad para una buena política agropecuaria y rural’, Portafolio, julio 31 del 2014).
Luis Arango Nieto
Exviceministro de Agricultura
larangon@gmail.com