La costumbre colombiana siempre ha estado orientada a proyectos pequeños y nos cuesta trabajo pensar en grande, por eso hay que aplaudir la iniciativa del Ministro de Agricultura de sembrar un millón de hectáreas en los próximos tres años, lo que también incluye, entre otros objetivos, incrementar el crecimiento del PIB agropecuario de 2,3 en el 2014 a 6,2 por ciento en el 2018, así como sustituir el 50 por ciento de los 10 millones de toneladas de alimentos que se importan, e incrementar las exportaciones y el empleo rural. Para ello, se invertirán 1,6 billones de pesos en tres años. Esto, en realidad, es pensar en grande.
El camino no es fácil y tiene muchos obstáculos que se deben salvar sobre la marcha, así la meta se logre en cuatro o cinco años. Con maíz y soya, la Altillanura es la región que más rápido puede contribuir a lograr los objetivos. Sin embargo, la inseguridad jurídica que sobre la propiedad existe, impide hacer inversiones, vincular inversionistas y realizar arreglos de asociación y arriendos a largo plazo. Gobierno y Congreso deben concientizarse sobre este problema y resolverlo en esta legislatura. No se puede esperar a lo que digan las Farc en Cuba, o ¿será que el desarrollo agropecuario debe pasar por lo que digan las Farc?
Entre Puerto López y Puerto Gaitán, con las vías existentes se pueden sembrar alrededor de 40 mil hectáreas, y de 20 a 40 kilómetros adelante de Puerto Gaitán; con algunas mejoras en las carreteras, se pueden reunir otras 250 mil hectáreas, esto significa cerca del 30 por ciento de lo que se propone el plan. Estas nuevas hectáreas requieren alrededor de cuatro toneladas de cal y una tonelada de yeso por hectárea, para un total de 1’160.000 toneladas de cal y 290.000 toneladas de yeso, que requerirían algo más de 40 mil mulas para transportarlas, esto para significar la magnitud de la operación. Aquí cabe la pregunta si estos insumos son de fácil consecución.
En cuanto a maquinaria, para 290 mil hectáreas se requerirían alrededor de 1.600 tractores de 180 caballos, cada uno, y cerca de 580 combinadas, que deben traer los últimos adelantos tecnológicos para hacer más competitiva la agricultura. En lugar del ICR, que hoy casi se pierde por las demoras, se podría pensar en condonar las últimas cuotas del crédito. La maquinaria requiere operarios altamente calificados apoyados por profesionales idóneos.
Desafortunadamente, el Sena y las universidades poco están haciendo en estos procesos. Sin embargo, ya existen instituciones como Fomenta que avanzan en la capacitación de operarios, profesionales y técnicos.
Si bien la Altillanura es la zona llamada a responder más rápidamente al llamado del Ministro, lo planteado anteriormente, es un camino a recorrer paso a paso, no se puede pretender hacer todo ahora, pero sí arrancar, y para ello se debe pensar en máquinas, cal y yeso para sembrar algo el año entrante a la entrada de las lluvias. Además, hay que tener listos los instrumentos financieros para no salir con trabas para los que se animen al reto.
Finalmente, el Ministro debe tener cuidado con anuncios de importaciones de productos sin arancel, pues esto puede convertirse en incertidumbre para los que deciden acompañarlo en el millón de hectáreas.
Luis Arango Nieto
Exviceministro de Agricultura
larangon@gmail.com