La crisis económica internacional golpeará varios frentes del sector energético colombiano, razón por la cual es necesario estar atentos a las repercusiones de esta problemática en el país. Vale la pena mencionar algunos ejemplos sobre el particular.
En primer término, se reportan dificultades en la ampliación de la Refinería de Cartagena por parte de Glencore como socio estratégico y operador del proyecto con un interés accionario del 51 por ciento. Como resultado de la recesión económica internacional, lo cual a su vez se ha traducido en restricciones a los créditos, Glencore solicitó a Ecopetrol la reprogramación de algunas actividades, lo que en la práctica equivale a aplazar el proyecto.
Los programas de mejoramiento de la calidad de los combustibles en Colombia y las sinergias petroquímicas con la operación de Ecopetrol, hacen que posponer este proyecto no sea aceptable.
Un segundo aspecto a considerar tiene que ver con el hecho de que los recursos de caja para acometer inversiones exploratorias de alto riesgo son función directa de los precios del crudo. A niveles de 100 dólares barril o más, un número elevado de proyectos alrededor del mundo entra en los portafolios de inversión en exploración de las compañías petroleras.
Pero, otro gallo canta cuando el WTI cae a los niveles recientes de 30 y 40 dólares barril. En este caso el rasero para determinar el portafolio de proyectos exploratorios se hace más exigente, lo que termina afectando los presupuestos de exploración alrededor del mundo.
En el caso colombiano los compromisos exploratorios están definidos en los contratos respectivos, lo cual hace pensar que una reducción importante en los niveles de esa actividad podría no ocurrir, pero habrá que esperar el verdadero impacto de la crisis en este aspecto.
También el plan de expansión del sector eléctrico podría sufrir por las restricciones de crédito derivados de la crisis económica. Un ejemplo es el proyecto Hidrosogamoso de Isagén.
Hace unos meses cuando todos los banqueros se peleaban por ofrecer los créditos para el proyecto, no fue posible adelantar ningún cierre financiero, porque aún estaban pendientes decisiones de ejecución, mientras que ahora, en medio de la crisis, los banqueros no vienen. Esta situación podría presentarse en otros proyectos, razón por la cual habrá que estar atentos a los impactos que podrían presentarse en la ejecución del Plan.
Y finalmente, cabe mencionar los proyectos de Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) a fin de promover la exploración y producción de gas para atender las necesidades internas y de la región Caribe-Atlántica. Las inversiones previstas ascienden a 16.700 millones de dólares en el periodo 2006-2012, incluyendo las requeridas para atender las necesidades de exportación de gas a Colombia a partir del 2012-2013. Dados los nuevos precios del petróleo, se prevé un recorte de las inversiones y de ser así, podría impactarse el proyecto Colombia dentro de la estrategia global de Pdvsa.
Para concluir dos reflexiones: primero, es necesario evaluar el impacto de la crisis económica en el sector energético colombiano, y determinar las acciones que sean necesarias tomar dependiendo de los proyectos que puedan verse afectados. Y segundo, las crisis no son eternas. Ya en este medio se había comentado que los precios de equilibrio del petróleo de largo plazo tienden a 80 y 90 dólares barril. Comienzan a aparecer artículos de opinión en publicaciones especializadas señalando que los precios volverán a niveles de 100 doláres barril, una vez que pase lo peor de la crisis. ¿Cuándo será eso? Amanecerá y veremos.