Entre el maremágnum de voceros del paro, varios han señalado la elevada concentración del ingreso como uno de los motores del inconformismo de la población, y afirman que la política económica del presidente Duque la agravará.
Partamos de señalar que Colombia tiene una de las más altas concentraciones del ingreso en el mundo, pero no podemos quedarnos con esa idea, sin analizar la evolución de los indicadores. El análisis muestra resultados sorprendentes.
El primero, es la tendencia descendente del índice de Gini. Este indicador de concentración del ingreso toma valores entre cero y uno; entre más alto, mayor concentración. Los datos del Banco Mundial muestran que el Gini de Colombia en 2017 fue de 0,49; desde el 2000 se redujo en nueve puntos y en la región solo El Salvador, Ecuador y Argentina registraron una disminución más amplia.
El segundo es la mayor participación del quintil más pobre de la población en la distribución del ingreso de 1,9% a 4,1% en el periodo 2000-2017. El aumento de Colombia (2,2 puntos), el mayor en Latinoamérica después de El Salvador.
El tercero es la menor participación del quintil más rico en el ingreso; pasó de 62,2% a 54,8% (7,4 puntos menos). En la región, solo Argentina la redujo más. Pero hay que preguntarse por la relación de esos indicadores con la política económica actual. Según la literatura especializada, hay intervenciones preproductivas en sectores como educación, salud y financiación, que actúan en la distribución del ingreso en el largo plazo; hay, además, intervenciones posproducción como la política fiscal.
Sobre las primeras destaco que el presupuesto de educación para este año es el más alto en la historia del sector y que en salud tenemos cobertura universal y la ley de punto final restablece la sostenibilidad financiera del sistema. Son avances notables. Sobre la política fiscal, hay problemas que bloquean el efecto redistributivo. El PNUD muestra que, en promedio, el Gini de las economías avanzadas es similar al de las economías en desarrollo antes de la política fiscal (0,48 y 0,49, respectivamente); pero después de impuestos y transferencias el de las primeras se reduce 17 puntos, mientras el de las segundas solo 4 puntos.
En el caso de Colombia la reducción es aún menor, especialmente por los subsidios regresivos en pensiones y en educación. Según el DNP, los pensionados de los dos quintiles de mayores ingresos reciben el 74,2% de los subsidios, mientras que los del quintil más bajo reciben el 4.3%.
En ese contexto, la reciente reforma tributaria introdujo factores que contribuyen a mejorar la distribución, como es el caso de la devolución del IVA a la población menos favorecida y la mayor tarifa de tributación de renta a los patrimonios más altos. Pero también es clave una reforma pensional que elimine los subsidios regresivos y que proteja a los adultos mayores que no pueden acceder a una pensión. Esos son los propósitos centrales de la reforma que está trabajando el gobierno con todos los grupos de la sociedad.
En conclusión, el objetivo del comité del paro no debería ser bloquear las iniciativas que mejorarán la distribución del ingreso; por el contrario, deberían apoyarlas para lograr el sueño de tener una Colombia más equitativa. Que gran contradicción!
Luis Guillermo Plata
Exministro de Comercio Exterior.
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