Para evaluar los programas de los candidatos a la presidencia de la República hay que tener en cuenta, mínimo, los siguientes aspectos: definir el modelo económico y social que desea adelantar cada aspirante con visión de mediano y largo plazo; establecer un programa para cada sector, el cual debe comprender el diagnóstico del mismo, de dónde parte, las metas que se propone alcanzar y los instrumentos para lograrlo, e identificar los recursos presupuestales para adelantar esos programas, bien sea que estén disponibles o sean nuevos, indicando la forma para conseguir estos últimos.
En el primer tema, Gustavo Petro es el que presenta una propuesta más radical y propone cambios profundos en el modelo económico, a fin de enfrentar la crisis ambiental. Quiere que Colombia pase de una economía extractiva, basada en el petróleo, a una apoyada en el fortalecimiento de la agricultura, la reindustrialización de sectores estratégicos, la transición hacia energías sustentables y la generación de cambio tecnológico. Las propuestas de los demás candidatos buscan recuperar la senda de crecimiento económico y ubicarlo en un PIB del 5 por ciento anual a través de políticas más tradicionales que dependen del crecimiento de la inversión, mayor productividad y equidad social. Para ello apoyan sectores tradicionales como educación, salud, y buscan combatir la corrupción, la informalidad y el desempleo. En cuanto a la tecnología, tienen apenas una visión parcial del papel que pueden jugar las TIC.
En el segundo tema, Vargas Lleras es el que presenta una propuesta más detallada para 27 sectores, indicando los pilares que la sustentan, qué harán y cómo lo harán. Duque, Fajardo y De la Calle se encuentran en una situación intermedia, presentando acciones puntuales para un número mucho más reducido de sectores. La propuesta de Petro, que debería ser la más ambiciosa por el cambio de modelo tan radical que propone, es la más pobre de todas, ya que en la mayoría de los casos se limita a presentar ideas generales sin indicar los instrumentos concretos para llevarla adelante.
Un tema central, que de modo general olvidan estas propuestas, es saber de dónde parten. Si bien es cierto que hay que construir sobre lo construido, debe definirse claramente qué es lo que hay que cambiar para que no subsistan programas e instituciones vigentes que son incompatibles con los programas que quieren realizar. Hacer convivir políticas fracasadas con las nuevas propuestas es pretender cambiar las cosas para que nada cambie. Se requiere un fino bisturí para que se haga una disección adecuada.
Por último, hay que tener en cuenta los recursos disponibles y no construir castillos en el aire. Las propuestas en esta materia deben ser precisas para que queden reflejadas en el plan de desarrollo que deberá aprobar el Congreso al final del año y que constituirá la carta de navegación del nuevo gobierno. Una evaluación de los pros y contras de las propuestas de los candidatos, me inclina a dar mi voto por Germán Vargas, con el deseo de que en el próximo periodo presidencial el ganador sea Iván Duque, tiempo que le permitirá crecer como estadista y garantizar un futuro mejor para todos.