A pocos meses de las elecciones parlamentarias en Venezuela, la firma Keller ha elaborado una encuesta para el tercer trimestre de este año, que demuestra el empeoramiento de la situación económica y política del país.
La opinión de que la situación económica va mal llega al 85 %, aumentado en un 12 % con relación al trimestre anterior. El 71 % considera al oficialismo como responsable de la crisis.
Los problemas que más aquejan a la gente son los económicos (74 %), siendo los más graves la escasez, el costo de la vida, las colas y el acaparamiento. A lo anterior hay que agregar que los encuestados estiman que la situación económica familiar de la gente es negativa en un 60 %, habiendo empeorado con relación al trimestre anterior en un 31 %. Como consecuencia de lo anterior el 77 % de los consultados considera que el Gobierno ha sido incapaz para resolver estos problemas, aumentando esta opinión en relación al trimestre anterior en un 11 %.
Considerando cinco variables (popularidad del Presidente, situación positiva del país, situación positiva de la economía familiar, gestión positiva del Gobierno e intención de voto) se considera que Maduro ha llevado al oficialismo a una clara minoría, representando hoy tan solo el 18 %. En una escala de 1 a 5, el 61 % piensa que la revolución chavista es un fracaso. El 71 % estima que es una excusa la tesis oficialista de que la situación económica obedece a un plan de la derecha, apoyado por Estados Unidos.
El 76 % considera que el presidente venezolano no es capaz de resolver la crisis. La oposición es cada vez más vista como la mayoría (49 %), seguida del chavismo (23 %) y los independientes el 15 %.
Respecto a la participación en las elecciones parlamentarias, el 82 % está seguro de votar, duda el 8 % y no votará el 10 %. El 48 % dice que votará por candidatos opositores, el 23 % por candidatos oficialistas y el 11 % por independientes.
Quienes piensan votar por la oposición buscan un cambio en la situación económica y social del país, un buen programa alternativo de gobierno y castigar al actual régimen por la inflación, las colas y la inseguridad. Quienes piensan votar por el chavismo buscan mantener los beneficios existentes, impedir que regrese la derecha al poder y castigar a la Mesa de Unidad Democrática (MUD), que representa a la oposición, por sus errores y desaciertos.
En condiciones democráticas normales, donde opere sin ninguna restricción el libre juego de las mayorías, no quedaría ninguna duda de que, con estos antecedentes, la oposición ganaría las próximas elecciones.
Sin embargo, en la Venezuela de hoy donde no se reconoce la igualdad democrática –que significa que el voto de los ciudadanos tiene igual peso, que se puede votar escogiendo entre diferentes alternativas, y que se respeta la mayoría numérica y los derechos de las minorías– es muy difícil que ello suceda.
Para las elecciones del 2015 el Consejo Nacional Electoral solamente invitó a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para el acompañamiento internacional de las mismas, lo cual ha sido rechazado por la oposición por considerar a esta entidad proclive al Gobierno.
Como prueba de imparcialidad, la opinión pública internacional debería seguir presionando para que también se invite a la Unión Europea, a la OEA y a las Naciones Unidas.
Manuel José Cárdenas
Consultor internacional
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