Lo que pasa en China sorprende al mundo, pero también produce nervios. Los resultados en educación son una lección, porque ha creado un modelo de excelencia reconocido en el planeta. Pero no todo es para destacar y exaltar.
El rápido crecimiento de la economía, que la ubica en el segundo lugar, superada solo por EE. UU., deja sinsabores que merecen tenerse en cuenta, como la que se reseña a continuación y que demuestra que aún queda mucho por mejorar para alcanzar el pedestal de potencia, que no solo se reduce al crecimiento del PIB, sino a un concepto moderno de bienestar para su población, del cual todavía está lejos.
Los 40.000 trabajadores de la empresa líder en la fabricación de zapatos deportivos (Yue Yuen), ubicada en Dongguan, conocida como ‘la fábrica de Chinap, han entrado en huelga.
La protesta tiene fundamento en asuntos básicos que no se dan en las economías ricas.
La compañía no está cumpliendo con las garantías fundamentales: pensiones, seguro médico, subsidios a la vivienda o indemnizaciones por lesiones.
La firma no es una pequeña empresa, en sus plantas se fabrican zapatillas para marcas como Nike, Adidas, Timberland, Reebok, Asics o New Balance, reconocidas mundialmente y cuyos precios no están propiamente al alcance de todos.
En el gigante asiático se está dando una oleada de huelgas y paros, especialmente en la provincia sureña de Cantón, una de las áreas más desarrolladas del país.
En el primer trimestre del 2014, las huelgas han aumentado 30 por ciento.
Hay otro problema que está creciendo rápidamente en China, la contaminación ambiental y la presión social es cada día más grande. Los datos son alarmantes: un estudio sobre la polución, asegura que los habitantes del norte del país tienen una esperanza de vida 5,5 años inferior a los del sur, porque han respirado un aire más contaminado. La investigación, realizada por expertos de China, EE. UU. e Israel, y publicada por la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU., dice que la política de suministrar carbón gratis en invierno para la calefacción está causando “la pérdida de más de 2.500 millones de años de esperanza de vida a unos 500 millones de personas”, por el incremento de enfermedades respiratorias y del corazón.
¿Una consecuencia del crecimiento económico desaforado que ha tenido China en las últimas décadas? Hay que aceptarlo.
Las protestas en las ciudades son promovidas por la clase media, cada vez más consciente de sus derechos, pero con una diferencia muy clara con otros países: no buscan una revolución ni el derrocamiento del Partido Comunista, sino que el Gobierno y las autoridades respondan a sus preocupaciones sobre medioambiente, salud, educación y propiedades.
Por ahora, la gente cree en el Estado para solucionar los problemas. Quien sabe si en el futuro esa idea se mantenga.
PD. Sufrimos en los días santos un golpe muy duro por tres ‘bajas sensibles’, como se dice en el fútbol: se nos fueron nuestro gran Gabriel García Márquez, Cheo Feliciano y el ex ministro de Transporte, Andrés Uriel Gallego. Paz en sus tumbas, y gracias.
Mario Hernández Zambrano
Empresario exportador