La declaración del Fiscal de que “habrían” entrado dineros de Odebrecht a la gerencia de la campaña de Santos en el 2014 generó uno de esos fenómenos mediáticos típicos de la era de la posverdad: la opinión pública convirtió en un hecho real e indiscutible que esos dineros sí entraron y, por anticipado, condenaron a los implicados, sin siquiera esperar a los resultados de las investigaciones de la justicia.
A pesar de que el mismo Fiscal tardíamente aclaró que no tenía ninguna prueba, distinta a las declaraciones de un convicto, de la vinculación de Odebrecht con la campaña Santos, el daño ya estaba hecho y la percepción pública no se modificó: ganó el Centro Democrático, pues el confesado aporte a la campaña de Zuluaga se igualó a la denuncia temeraria contra la otra campaña, el presidente Santos entró a la lista de mandatarios latinoamericanos sobornados y políticos oportunistas empezaron a pedir su renuncia. ¿Hay fundamentos para llegar a estas conclusiones?
La pregunta relevante es por la veracidad de las declaraciones del excongresista Otto Bula, según las cuales él entregó a Andrés Giraldo, amigo de Roberto Prieto, gerente de la campaña de Santos, 1 millón de dólares en efectivo y en dos entregas de 500.000 dólares, ambas en un restaurante de un hotel en la Calle 85 en el norte de Bogotá.
Se ha cuestionado la validez de esta acusación por ser el denunciante un delincuente confeso que trataría de ganar beneficios de reducción de pena por incriminar a otras personas, y por los cercanos vínculos políticos y de negocios con otros delincuentes del círculo cercano de dirigentes del Centro Democrático. Sin embargo, no creo que se deban desvirtuar unas graves acusaciones por los motivos del acusador, así estos sean torcidos; es necesario demostrar o desmentir los supuestos hechos.
Sin pretender sustituir a la Fiscalía en esta tarea, existe una prueba elemental para determinar la veracidad de esas acusaciones: se trata de comprobar las condiciones de modo necesarias para entregar tales cantidades de dinero en efectivo. Está demostrado que la entrega se hizo en pesos colombianos. Según la Fiscalía, “el señor Otto Bula tramitó durante el año 2014 dos giros hacia Colombia, que fueron monetizados en su momento, por la suma total de 1 millón de dólares…”. Ese año, esa suma equivalía a 2.000 millones de pesos, y cada una de las supuestas entregas fue por 1.000 millones de pesos.
Entonces, cabe preguntarse ¿cuánto espacio ocupan 1.000 millones de pesos en billetes?, ¿cuánto pesan?, ¿qué tipo de maletas se necesita para transportarlos?
En las bolsas en que los bancos transportan el efectivo caben unos 8.000 billetes. Si son de 50.000 pesos serían unos 400 millones de pesos por bolsa, y si son de 20.000 pesos, serían 160 millones de pesos. Como estas bolsas son unos 12 cm. más grandes que un maletín de los que permiten llevar en la cabina de un avión, se puede estimar que en uno de esos maletines cabrían, en el mejor de los casos, unos 350 millones de pesos.
Si fuera cierta la entrega del dinero, el señor Bula ha debido entrar al restaurante por lo menos con tres maletines para hacerla, y no hubiera pasado desapercibido. Antes de dar por ciertas acusaciones temerarias y divulgarlas al mundo entero, la justicia debería, por lo menos, verificar hechos simples como el mencionado. Además, los bancos tienen la obligación de reportar las operaciones en efectivo superiores a 10 millones de pesos, de manera que resulta fácil identificar si alguien retiró esa cantidad de dinero. Pero, en la era de la posverdad, parece que los hechos no importan.
Mauricio Cabrera G.
Consultor privado
mcabrera@cabreraybedoya.com
Hechos contra acusaciones temerarias
El aporte a la campaña de Zuluaga se igualó a la denuncia temeraria contra la otra campaña, el presidente Santos entró a la lista de sobornados.
-
guardar
save_article.message.success_title save_article.message.successsave_article.message.success_updated_title save_article.message.success_updatedHa ocurrido un error al intentar guardar este artículo
- Reportar error
- Seguir economía
Lo más leído
Téngalo en cuenta: estas son las rutas aéreas en las que más turbulencias se registran
Destacados
Más Portales
Nuestros columnistas
Alex Bouaziz
¿Es el fin del sueño americano?
Las capacidades, no la ubicación, serán el factor determinante de las oportunidades de empleo.
Rodolfo Segovia S.
Petro tenaz
Rafael Herz
Liviandad y crueldad
Luis Arango Nieto
El Cerrado brasileño: ejemplo para la Altillanura
María Sol Navia V.
El Estado no controla parte del territorio
Cesar Pabon
¿Cautela o relajamiento?
Jorge Restrepo
¿Perdemos a Ecopetrol?
Eduardo Behrentz
Seguridad: fundamento de la democracia
Carlos Tellez
Estrategias obsoletas
El direccionamiento estratégico va tomando forma sobre la marcha, incluso por inercia.
Mario Hernández Zambrano
Estoy jugado por Colombia ...
Camilo Herrera Mora
A los caricaturistas
La capacidad de decir algo fuerte, con pocas palabras e imágenes, es la virtud de haber comprendido.