Para la sociedad colombiana es fundamental discernir cuál de los candidatos tiene un perfil que le permita credibilidad y confianza para asumir el destino del país. Esto está asociado con la coherencia de lo que piensan, dicen y hacen. El ego es el enemigo, no les permite escuchar al entorno, los convierte en mesiánicos y profesan con argumentos populistas, mediante la manipulación de los miedos o las ilusiones de los ciudadanos, para tomar el poder, con un paso hacia un régimen autoritario y traicionar la confianza.
El candidato adecuado sería el que se asimile al perfil definido por Jim Collins, profesor de la Universidad de Stanford, como un “líder 5”: con visión de futuro, pero con una paradójica combinación de humildad personal y voluntad profesional, que asuma el liderazgo con toda su complejidad e impulse soluciones e imaginarios viables, sostenibles e incluyentes, que concilie a los colombianos. Es pertinente analizar si sus propuestas, y medios para alcanzar los fines, en el largo plazo, son consistentes.
Reflexionemos sobre algunos temas:
Crecimiento sostenible con distribución de ingresos. Son innegables las cifras sobre la desigualdad en nuestro país: en el 2016, el coeficiente de Gini (Dane) era de 0,517 (0 máxima igualdad; 1, máxima Desigualdad). De una muestra de 18 países en América Latina (Pobreza y desigualdad, 1999-2015, BID 2016), era de los más desiguales; el 67 por ciento de los colombianos (2015) tenía ingresos inferiores a casi un millón de pesos mensuales. En el mismo año, el 42 por ciento de los municipios (457) tenían coberturas, de acueductos urbanos y rurales, inferiores al 50 por ciento; (Productividad del uso del agua. Misión Crecimiento Verde. DNP. Diciembre del 2017).
Es necesario un crecimiento con calidad y distribución del ingreso, que mejore el ingreso medio y la movilidad social, mediante un acuerdo para la inclusión, con igualdad de oportunidades para todos (Teoría de la justicia, John Rawls, Universidad de Harvard), donde se respete la propiedad y se incentiven la iniciativa y la inversión privada, dentro de las responsabilidades y la función social que implica, tal como reza en nuestra Constitución Política de 1991 como Estado Social de Derecho.
Jeffrey Sachs (Universidad de Harvard), en su libro El fin de la pobreza, menciona que el propósito de las inversiones, según el papel del sector público y privado, de las que carecen los pobres, es cambiar el esquema piramidal hacia uno tipo diamante, donde se reduzca la base de los más pobres y aumente la clase media. Esta fortalece las democracias; con su observador incentiva la autorregulación con las instituciones del Estado, políticas, económicas y sociales.
¿Cuáles son las propuestas para que la inversión pública y privada incentiven la movilidad social? Fortalecimiento de la paz y la justicia. Para el progreso y estabilidad de una nación es fundamental, entre otros aspectos, que el Estado garantice la justicia y la paz de sus ciudadanos (La riqueza de las naciones, libro IV, Adam Smith); Yuval Noah Harari (Ph. D., Universidad de Oxford), en su libro De animales a dioses, hace referencia a las altas tasas de homicidio en Estados débiles y compara a Colombia con Somalia. La debilidad institucional está relacionada con las décadas de violencia política, conflicto con la guerrilla, los paramilitares, el narcotráfico y la inseguridad que nos ha llevado a economías de guerra, a ser indolentes con lo más sagrado que es la vida, y a la corrupción de algunas instituciones del Estado y de la sociedad.
La impunidad altera los valores y las creencias de una sociedad, llevándola hacia la anarquía, donde el poder (político y económico), la avaricia, y la corrupción se convierten en un fin en sí mismo, que profundiza la desigualdad y debilita la esperanza de los colombianos para realizar sus sueños de progreso y felicidad.
¿Cuáles son las propuestas para fortalecer la paz y reformar la Justicia en Colombia? Promoción de la competencia y la productividad, los que creemos en la economía de mercado sabemos que a todos nos va bien si la mayoría de los colombianos participamos en el mercado; esto es posible si se logra aumentar su capacidad de emprendimiento y pago, que permita mejorar su bienestar al incrementar la demanda y el acceso de mayores bienes y servicios a través del consumo o el ahorro, que, por ende, generaría mayor producción y crecimiento (PIB). La promoción de la competencia, sin monopolios u oligopolios artificiales, favorece con mejores precios y calidad de productos y servicios a los usuarios. Para mejorar la productividad interna hay que invertir en innovación y desarrollo, buscar educación de calidad, formación laboral y modernizar su infraestructura.
¿Qué estrategias y planes plantean para promover la competencia y mejorar la productividad del país? Política macroeconómica. El papel que desempeña el Banco de la República en la economía le plantea un complejo desafío de tomar decisiones que le permitan velar por el mantenimiento de la estabilidad de precios, en coordinación de la política económica, midiendo sus impactos en los mercados, para lograr en lo posible una tendencia de crecimiento sostenible, con reducción del desempleo. El próximo gobierno debería preocuparse por el equilibrio presupuestal, en el tiempo, con inversiones que eleven el nivel de vida de los colombianos.
¿Cuál será el eje de la política macroeconómica en términos fiscales y de gasto y su coordinación con el banco central? No debemos temerle al futuro, sino exigir y participar en las soluciones concretas de los problemas del país, donde quepamos todos.
Jaime Salamanca
Consultor