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Los retos capitales de Bogotá

¿Otras capitales de Colombia optaran por democratizar sus empresas públicas? El mejor fiscal del patrimonio el mercado de valores.

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He estado presente en los debates, presentaciones, votaciones y foros que se han realizado en el Concejo de Bogotá para todo lo relacionado con la enajenación de acciones de la Empresa de Energía de Bogotá (EEB) por parte del Distrito Capital. Hay que decir que me ha sorprendido gratamente lo realizado allí, pues se han hecho desde foros con expertos en el tema que han expuesto con suficiente tiempo y claridad sus argumentos –independientemente de su posición con respecto a la propuesta-.

También ha sido llamativo el tiempo en la exposición de los concejales para cada uno de los aspectos tratados y evaluados. Allí aprovechan para presentar sus ideas a favor o en contra dependiendo de su visión de partido político porque no se puede desconocer que el debate y la votación de la venta de las acciones de la EEB está claramente politizado.

Precisamente, desde Valora Inversiones hemos comentado que vender el 20% de las acciones de la compañía les dará la oportunidad a nuevos inversionistas para mejorar el Gobierno Corporativo y, por ende, ser más independiente de los partidos políticos.

Vivimos entonces uno de los momentos más importantes de los últimos años para el Concejo capitalino, pues se define la consecución de recursos para poner a Bogotá a la par de otras capitales de América Latina en materia de infraestructura con el objetivo de responder a las necesidades de movilidad de cerca de 10 millones de habitantes.

Lo que viene

Tendremos el jueves 3 de noviembre la votación en Plenaria del Concejo sobre la democratización del 20% de las acciones de la empresa capitalina, que en días pasados fue aprobada por la Comisión de Hacienda. Ahora deberá ser ratificado por el grueso de los cabildantes.

La razón principal es que la ciudad no tiene un margen amplio para buscar otro tipo de financiación, como lo sería endeudarse, pues las calificadoras de riesgo internacional han resaltado que estaría en riesgo la nota crediticia de Bogotá. Esto representaría conseguir deuda con intereses elevados y comprometiendo su futuro en ingresos. Con base en ello, la opción de obtener aproximadamente $3.2 billones con la venta de las acciones se convierten en el mecanismo más rápido y “barato”, y, al final, es una de sus mejores opciones en términos económicos.

Para el 9 de noviembre se espera la aprobación del Concejo a la propuesta de las directivas del Grupo de Energía de Bogotá para vender la participación que tiene en Promigás, Nutresa, Banco Popular e ISA, las cuales son consideradas como no estratégicas y que en cambio generarían una caja mayor al billón de pesos que sería usado para reinvertir en su plan estratégico que seguramente contempla fortalecer a la Transportadora de Gas Internacional (TGI) y la presencia del grupo en los países de la región.

De lograrse esto, la compañía podría elevar considerablemente sus ingresos y, por ende, el giro de utilidades a las arcas de Bogotá, algo que podríamos ver reflejado en un mediano plazo –alrededor de 3 años-, tiempo en el cual la ciudad podría haber ejecutado la mayoría de obras de infraestructura vial mejorando la competitividad y recuperando gran parte de los ingresos vía dividendos del Grupo de Energía de Bogotá.

Los retos

Hablemos ahora de los retos con los que quedan tanto en el Concejo como en la administración de Enrique Peñalosa y los directivos del Grupo de Energía de Bogotá. Se trata quizás de uno de los compromisos más importantes que tendrán en los próximos años.

Deberán demostrarles a los ciudadanos que realmente fue la mejor decisión en la medida en que se cumpla la entrega de las obras expuestas a una ciudad que grita por ser intervenida con urgencia en cuanto a obras vitales para cualquier capital del mundo.
Para el Grupo de Energía de Bogotá se vienen años de buscar las mejores opciones de inversión, pues de sus decisiones dependerán aún más ciudadanos, más capitalinos, quienes serán los que respalden toda su gestión cuando efectivamente obtengan mayores réditos por todo este proceso.

Otro de los retos será lograr una gran participación de ciudadanos en la democratización de las acciones. Ello sería además de altísima relevancia, pues son ellos los que se verían beneficiados con las obras bien ejecutadas en la ciudad y también obtendrían ganancias directas a sus patrimonios personales gracias a la valorización de la acción en la Bolsa de Valores de Colombia y al pago de dividendos. Todo esto permitiría el fomento de la inversión de los colombianos, lo que los acercaría a la Bolsa de Valores como fuente de ingresos potencial.

Al Concejo se le exigirá velar por la ejecución de las obras de la ciudad, así como por la buena gestión de los directivos del Grupo de Energía de Bogotá, que se traducirá seguramente en que sean reelegidos cuando los ciudadanos así lo decidan basados en realidades y no en promesas.

Pero el más importante de todos, el reto de los ciudadanos, pues deben aprender a castigar o a respaldar a quienes propendan por el bienestar de la ciudad. Con base en ello se definirá también el futuro político de la ciudad.

Queda en el tintero un tema final. ¿Será que otras capitales de Colombia como Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga seguirán el ejemplo de Bogotá de democratizar sus empresas de servicios públicos para atender necesidades de financiar obras urgentes de infraestructura y al mismo tiempo blindarlas de los vaivenes políticos que afectan la prestación de sus servicios a los ciudadanos? El mejor fiscal del patrimonio de los colombianos es el mercado de valores.

Camilo Silva Jaramillo
Valora Inversiones
@CamiloSilvaJ

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