La llegada de las Farc al Congreso de la República es una realidad. Tendrán cinco curules en el Senado y cinco en la Cámara de Representantes, según lo contenido en el Acto Legislativo 03 de 2017. Solo está pendiente el pronunciamiento por parte de la Corte Constitucional.
La pregunta que surge ahora es ¿cuántos senadores más podrían tener? Para esto es indispensable mirar los datos: el Censo Electoral actualizado al 11 de diciembre del 2017 es de 35’011.052 aptos para ejercer su derecho al voto. En las elecciones a Congreso del 2006 votó el 45,70 por ciento del censo, en el 2010 el 44,20 por ciento, y en el 2014 el 43,06 por ciento. El porcentaje de votos nulos y no marcados llega a un escandaloso 22,45 por ciento. El voto en blanco representa 5,21 por ciento, y es válido. Al final, cuando se cierren las urnas, solo 77,55 por ciento serán votos válidos para efectos de la cifra repartidora.
Vamos a suponer que el 11 de marzo, para elegir el nuevo Senado, la votación alcanza 44,32 por ciento del censo, que equivale a un promedio simple de las tres últimas elecciones. Así, la participación sería de 15’516.898, de los cuales solo 12’033.354 votos serían válidos. En el improbable caso de que los partidos y movimientos políticos que registraron listas validadas por el CNE, superan el umbral –aproximadamente de 361.000 votos–, significa que la cifra repartidora estaría cercana a los 120.000 votos.
El confuso Acto Legislativo 03/17 establece que las Farc tiene derecho a cinco curules en Senado, así obtengan un solo voto. Pero, si estas logran superar el umbral tendrían las cinco curules que le son otorgadas según el Acuerdo, más las que le sean asignadas en razón de la cifra repartidora entre el conjunto de 100 senadores a elegir.
Sí las Farc, por decir, logran 362 mil votos, con lo cual superan el umbral, obtendrían tres curules adicionales, es decir ocho senadores que representan, con relación a los elegidos hoy, una fuerza política casi igual a la de Cambio Radical y superior al Polo Democrático, Alianza Verde y Opción Ciudadana. Cuando la UP participó en las elecciones al Congreso de 1986, logró en su lista al Senado el 1,5 por ciento de la votación válida, que traído a cifras de hoy, con relación al nuevo censo, representaría cerca de 233.000 votos.
Pero, ahora, es indispensable tener en cuenta el poder territorial que las Farc ha ejercido de tiempo atrás, la influencia sobre las poblaciones aledañas a las zonas de normalización y la presión sobre los territorios donde se pretendía implementar las circunscripciones especiales de paz, en donde hay más de dos millones de habitantes y en las cuales está el 71 por ciento de los consejos comunitarios y el 45 por ciento de los resguardos indígenas. No es un imposible que se supere el umbral.
Conclusión: si la participación ciudadana mantiene los bajos niveles en las votaciones de Congreso, las Farc podrían lograr el umbral e injustamente y sin la suficiente representación democrática tendrán una participación igual o superior a partidos políticos que han vivido en la legalidad. Pero si los colombianos salimos masivamente a votar y hacemos que el umbral sea más alto, posiblemente las Farc se quedarán solo con las curules regaladas por el Acuerdo. Lo anterior es una alarma matemática y hace necesario mantener viva la representación democrática contemplada en nuestra maltrecha Constitución.
No olvide votar el 11 de marzo. Es la única manera de derrotar a las Farc.
Guillermo Botero Nieto
Presidente de Fenalco