Cuando se firmó el TLC con Estados Unidos, en el año 2006, el Ministerio de Comercio publicó un documento que decía: “Con el TLC se espera que las exportaciones aumenten en US$1.700 millones y el comercio global en US$3.500 millones”.
Este acuerdo comercial entró en vigor en el 2012 porque después de que se firmó, los republicanos perdieron las mayorías en el Congreso y los Demócratas, defendiendo los intereses de los sindicatos, no eran amigos del libre comercio.
Las cifras reales desmienten rotundamente las proyecciones del Ministerio de acerca de que el flujo comercial entre Colombia y Estados Unidos crecería con el TLC. Las exportaciones de Colombia pasaron de US$16.428 millones en el 2013 a US$12.096 millones en el 2017. El comercio en las dos vías pasó de US$35.000 millones a US$22.000 millones entre esos dos años. Es decir que en vez de aumentar, el comercio disminuyó.
La baja de las exportaciones de Colombia a EE. UU. se explica en gran medida por la caída en los precios de los combustibles.
En efecto, en el 2017 entraron US$7.500 millones menos que en el 2013 por la venta de esos productos (que no necesitaban de TLC porque su arancel siempre ha sido 0%). El efecto del TLC sobre los productos industriales fue nulo, porque ya tenían arancel 0% en virtud de las preferencias arancelarias unilaterales que nos concedía EE. UU.
La apertura comercial efectiva estuvo en los productos agrícolas y no se ha podido aprovechar plenamente. Cerca del 90% de las ventas externas de estos productos se siguen concentrando en café, banano y flores, que tenían arancel de 0% antes del TLC.
Para EE. UU., el TLC significó una apertura comercial efectiva para los bienes industriales y productos agrícolas; antes, Colombia les aplicaba el mismo arancel que a China.
No obstante, sus exportaciones a Colombia cayeron de US$16.428 millones en el 2013 a US$12.096 millones en el 2017. Parte de la explicación es la caída de los precios del petróleo, pues el primer producto de exportación de EE. UU. a Colombia es la gasolina.
También cayeron abruptamente sus exportaciones de maquinaria y equipo para la industria extractiva y de la construcción, y de material de guerra. A pesar de que el arancel para los vehículos ha bajado del 35% al 14%, sus exportaciones han caído en casi la mitad.
Las exportaciones agrícolas se doblaron; las de maíz para alimentar a los pollos colombianos se quintuplicaron. El desmonte del arancel del arroz comenzará en el 2019.
SECTORES CLAVE
En el mundo del comercio de bienes, los beneficios de un TLC son recíprocos. En el mundo de la propiedad intelectual los beneficios son recíprocos en la letra, pero no en la práctica es un interés ultraofensivo de EE. UU. En el TLC exigió reglas que permitieran el aumento de las rentas monopolísticas de los propietarios de patentes de farmacéuticos y agroquímicos, retrasando la entrada al mercado colombiano de los productos genéricos.
Para la adhesión de Colombia a la Ocde, EE. UU. está cobrando un precio alto, exigiendo que asuma obligaciones en materia de medicamentos biológicos y biosimilares, pues son hipercaros.
El sector de telecomunicaciones fue un sector ganador para Colombia, ya que significó una reforma a la política de telecomunicaciones, la cual por muchos años la fijaba el sindicato del difunto Telecom.
Necesitado de plata, un anterior gobierno de no grata recordación transformó en un oligopolio el monopolio de Telecom de la prestación del servicio de larga de distancia; para ello dejó entrar al mercado a dos operadores más, cobrándoles a cada uno US$150 millones de la época.
El TLC acabó con ese oligopolio, abriendo plenamente a la competencia la prestación del servicio de larga distancia.
Los operadores dominantes, con lobistas muy bien pagados y con capacidad de hacer mucho ruido, se opusieron con patas y con manos a la desagregación de las redes de telecomunicación. Gracias al TLC con EE. UU., los propietarios de las redes tienen la obligación de arrendarlas a otros operadores cuando las necesiten para prestar cualquier servicio, aún para montarle la competencia al propietario de la red.
La posibilidad de cambiar de operador sin cambiar de número (portabilidad numérica) también fue una conquista del TLC frente a los operadores dominantes.
Colombia negoció el TLC con EE. UU. en conjunto con Perú. A diferencia de Colombia, entre el 2009 (cuando entro en vigencia el TLC para el Perú) y el 2016, las exportaciones de esa nación hacia EE. UU. se incrementaron 35% y las de EE. UU. a Perú, 65%. Para una misma causa, dos efectos diferentes.
Diego Prieto Uribe
Experto en comercio internacional