El mercado bursátil colombiano sufre de una percepción de desconfianza por parte de los inversionistas, debido, principalmente, a los acontecimientos revelados con motivo de la intervención y posterior liquidación de la firma InterBolsa, en los cuales se han revelado faltas a la ética, a la moral y a la decencia. Basta con ver los resultados financieros de muchas firmas comisionistas para darse cuenta cómo fueron afectados los ingresos de las demás corredoras. Pero no sería justo responsabilizar solamente a los ejecutivos de InterBolsa; otros desafortunados episodios registrados en otras firmas comisionistas de bolsa y en algunos intermediarios financieros también han colaborado en esa negativa percepción. Pero estos no son los únicos factores que han incidido negativamente en esta percepción, a los entes de control se les ha responsabilizado por su falta de diligencia en estos asuntos, socavando aún más la negativa opinión.
Guardo la esperanza de que los entes judiciales se encarguen, más temprano que tarde, de determinar exactamente los ilícitos cometidos, señalar a los responsables de los mismos, aplicar las sanciones que correspondan y ordenar las reparaciones a los perjudicados. De esto se debe ocupar la justicia colombiana, pero es requisito necesario para que comience la recuperación de la confianza.
Queda, entonces, dentro de mis preocupaciones, la de cuestionar la participación de los medios de comunicación en exacerbar la negativa percepción de una actividad que es necesaria para el funcionamiento del mercado de capitales y del sistema financiero nacional. Lo anterior, porque no he encontrado ni las entidades que regulen esta actividad, ni la voluntad de vigilar la información y peligrosas opiniones que los medios de comunicación emiten alegremente amparados, tal vez, por la libertad de prensa.
No es la primera vez que yo formulo críticas a los responsables de los medios de comunicación, a los periodistas, a los comentaristas económicos y a los presentadores de noticias, en lo que se refiere a las informaciones y opiniones que emiten acerca del mercado bursátil colombiano. Tengo la clara impresión de que ellos no se dan cuenta de la repercusión que puede tener su inexperta opinión entre quienes conforman su público. Aún un experimentado y profesional corredor de bolsa no se atrevería a decir, ni en privado, algunas de las cosas que dicen varios periodistas en público.
En mi opinión, la inadecuada formulación de una pregunta o de un juicio de valor por parte de un periodista o presentador de noticias puede generar temores infundados entre el público inversionista. En días pasados, en CM& La Noticia, una de mis presentadoras de televisión favoritas, echó al aire un par de comentarios de su propia cosecha que me parecen totalmente inadecuados. Me refiero a Claudia Palacios, quien comentando acerca de la acción de Ecopetrol, cuestionó la razón por la cual, quienes compraran acciones de esta empresa en esos días no tendrían derecho a recibir el dividendo decretado, como si esto fuese algo anómalo. Después, en una emisión posterior del noticiero, comentó que los perjudicados con el precio actual de la acción de Ecopetrol son quienes “la compraron cara”.
Para el comentario acerca del dividendo, es necesario aclarar que esto sucede con los dividendos pagados por todas las empresas, no solo en Colombia, sino a nivel mundial. La razón es que las asambleas generales de accionistas determinan que el dividendo se pagará a los accionistas registrados en el libro de accionistas al corte de una fecha determinada, y que quienes compren acciones después de esa fecha, durante un corto plazo, llamado periodo exdividendo, no podrán hacerse a esos dividendos porque ellos ya fueron causados en cabeza del dueño anterior y no se le podrá pagar a ambos. Para esos temas, sería conveniente consultar a un profesional del ramo y no a un colega presentador.
En cuanto a la decisión de Claudia Palacios de calificar el precio de una acción como ‘cara’, no encuentro un mejor ejemplo de lo que es un juicio de valor y cuestiono su autoridad profesional para hacer tal aseveración. Adicionalmente, porque al oírla es posible que quienes tengan acciones de Ecopetrol puedan decidir venderlas, y los que hayan pensado en comprar esas acciones puedan abstenerse de hacerlo, generando así un posible exceso de oferta y falta de demanda que afectaría el precio a la baja.
Señores periodistas, sus opiniones son escuchadas y muchas personas pueden creerles y tomar decisiones de inversión basadas en lo que ustedes dicen. Esa es una gran responsabilidad, y así deberían entenderlo.
Paul Weiss Salas
Experto en inversiones bursátiles