No soy enemigo per se de la jornada única que viene impulsando Santos, con el decidido apoyo de la nueva Ministra de Educación, Gina Parody, y que Petro ya ha promovido en Bogotá. Creo que es muy bueno que estemos pensando en eso, que es el primer paso para mejorar la educación en Colombia. Pero no comparto que se piense que esas horas adicionales sean, únicamente, para darle énfasis a matemáticas, ciencias y lenguaje.
Finlandia tiene una jornada escolar de cinco (5) horas, propenden por la entrada a estudiar a los siete años y es modelo a nivel mundial. En este y otros países los niños no llevan tareas a la casa.
Y para ser profesor hay que pasar exámenes tan rígidos como para ser médico o ingeniero. Así debe ser. Un maestro no puede ser cualquier chafarote por muy licenciado que sea. Y he ahí el otro punto, las facultades de educación deben ser no buenas, sino excelentes. Y por ende, la profesión de docente debe revalorizarse ante la sociedad y, obviamente, debe ser mejor paga.
Pregúntele a un médico especializado sí está dispuesto a ganarse 2,5 millones pesos mensuales por trabajar todas las horas que labora un profesor en Colombia.
¿Puede nuestro país, tan inequitativo y con un conflicto interno tan doloroso, hacer el esfuerzo de la jornada única solo pensando en mejorar las Pruebas Pisa y entrar a la Ocde? No, ¡por Dios!
Es una enorme oportunidad para crear más que cultura de paz -¿para qué una cátedra de la paz?-, una verdadera cultura ciudadana.
Me voy a permitir transcribir un trozo de una columna publicada en el 2012 y titulada ‘Educación para la Paz’: “Un hombre viene caminando por un andén con un niño pequeño, tomado de la mano. En sentido contrario, viene un policía. El niño le dice al hombre, “papá, mira un ‘tombo’”. El policía le dice al padre del niño, “oiga, eduque a su hijo, digale que soy un policía”. Y el papá le responde: ¡”aja, y no es lo mismo que un ‘tombo’”.
Si bien es cierto que los colegios privados muestran mejores resultados, en términos generales, que los públicos y que varios tienen jornada extendida, no es menos cierto que hay muchos niños y muchachos que llegan del colegio y tiran el morral como si se estuvieran despojando de una enorme carga. Y no por estudiar más horas son mejores hijos y ciudadanos.
La educación debe transitar del simple acto de formar a ‘pedagogiar’ como lo sugiere el ilustre maestro e investigador de la Universidad de los Andes, Ernesto Lleras, y que la explica como el aprendizaje permanente a través de la vida. Y dice: “La pedagogía está íntimamente relacionada con la construcción del tipo de sociedad que supuestamente deseamos. Esto suena obvio, pero es escalofriante cuando miramos la sociedad que hemos construido”. Agrega, “A mi juicio, una de las más graves ofensas que inflige nuestro sistema desde el hogar mismo, es que no solo no se nos apoya para el desarrollo de esas potencialidades, nuestras vocaciones vitales, sino que más bien se nos coarta de múltiples maneras, desde el ‘eso no se hace mija’ hasta sentarnos enfrente a un televisor o unos juegos informáticos, que muchas veces nos sacan de nosotros mismos o nos embotan, por la misma razón, frente al gusto natural de todo aquello que se nos da bien y aquello que nos da placer. Todo lo que nos aleja de vivir el presente sin ataduras. El desarrollo de las potencialidades a partir de la acción de las refuerza es la base misma de la motivación, pues los logros y el placer que ello produce refuerzan el deseo de proseguir, y van constituyendo la base de una fuerza que ha de prolongarse a lo largo de la vida”.
La jornada única escolar debe servir para que los colombianos y colombianas construyamos una nueva sociedad, para mejorar nuestras competencias como ciudadanos, para que haya más cultura ciudadana, más democracia, menos adolescentes embarazadas y muchos más artistas y deportistas.
Dicha jornada debe servir para que haya más clases de arte con énfasis en lo que el alumno quiera. Pintura, música, teatro, etc. Y deportes. Las carreras de nuestros grandes deportistas no pueden seguir comenzando en las barriadas. Y dicha jornada debería servir para no llevar tantas tareas a la casa. El estudio debe ser divertido y no obligado y fastidioso. “Nuestra educación no puede seguir siendo una educación que informa y transmite, pero que no educa e incentiva la creatividad y el talento de nuestros jóvenes”.
Si hacen lo que están pensando, seguramente mejoraran algunos indicadores estadísticos para alegría de la clase dirigente, pero estaremos perpetuando las inequidades y atrasando nuestro desarrollo.
Nicola Stornelli García
Gestor del Puerto Digital de Valledupar y de Cesar Digital