Para ser el plato fuerte de la legislatura, el desgano de los congresistas a la hora de empezar a debatir el proyecto de reforma tributaria resultó evidente.
Y es que mientras el Ministro de Hacienda y el Director de la Dian llegaron al Capitolio a la hora fijada, fue necesario esperar un largo rato antes de tener el quórum reglamentario.
Una vez este fue conseguido, el arranque resultó difícil.
Así lo demostraron los integrantes de las comisiones terceras del Senado y la Cámara de Representantes, quienes en la sesión conjunta interpelaron en repetidas ocasiones a los funcionarios.
Tales interrupciones dejaron en claro que la iniciativa va a tener varias modificaciones.
Para comenzar, el Gobierno señaló que el piso para los ingresos mensuales sujetos al impuesto de renta va a ser más elevado que lo dicho inicialmente. Ahora esa línea de corte va a ser de 3,3 millones de pesos al mes, en contraste con 2,6 millones establecidos en el texto original.
Aunque faltan muchos días antes de tener una percepción sobre cómo quedaría el articulado, lo ocurrido da una idea de que las modificaciones pueden ser numerosas. Incluso, parece claro que el Ministerio de Hacienda tiene toda la disposición de escuchar sugerencias.
No obstante, el Ejecutivo ha insistido en que lo que no es negociable es el propósito de mayor equidad que tiene la reforma.
Este se basa en que haya más progresividad que la actual en un país en el que las personas de mayores ingresos tienden a pagar una proporción inferior de su renta, que los que ganan menos.