En medio de los mensajes de preocupación que se escuchan en las más diversas latitudes, por cuenta del mediocre ritmo de la economía global, hay excepciones que no pueden pasar desapercibidas. La más notoria de todas es la de Estados Unidos, que este martes 25 de noviembre anunció una modificación al alza en el cálculo de su tasa de crecimiento durante el tercer trimestre del 2014.
Según el Departamento de Comercio de ese país, la expansión del Producto Interno Bruto norteamericano llegó al 3,9 por ciento, una cifra que supera en cuatro décimas la reportada originalmente. Por cuenta de lo sucedido, los analistas están reajustando sus apuestas para lo que queda del año y más de uno cree que lo que viene será mejor.
El motivo es la actitud de los consumidores estadounidenses, que ha mejorado sustancialmente, y con ella su propensión al gasto. Teniendo en cuenta que ese es el motor por excelencia de la demanda, el nivel de compras más elevado se siente en todas los segmentos.
El cambio que se ha producido tiene varios elementos. Para comenzar, el desempleo ha seguido bajando y se ubica en el 5,8 por ciento. Además, hay evidencias que sugieren que la calidad de los puestos generados es mejor, lo cual se traduce en ingresos familiares más elevados y mayor seguridad laboral.
Otro factor que tampoco es despreciable es la baja en el precio de la gasolina. Gracias a la reducción en las cotizaciones del petróleo, los automovilistas se están ahorrando alrededor de diez dólares por ‘tanqueada’, que no es una suma menor, sobre todo en el agregado.
Y el optimismo va en aumento. Debido a ello, esta temporada navideña debería ser la mejor en años, lo cual repercutiría en el crecimiento del último trimestre. De hecho, hay los que creen que Papá Noel llegó temprano al norte.
Ricardo Ávila Pinto
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