Entre los amantes del deporte existe el dicho según el cual “los récord se hicieron para romperse”. Tal parece que esa máxima no va a ser aplicada este año en el caso del sector automotor colombiano, que en el 2014 llegó a su máximo histórico en ventas: 326.023 unidades.
Según lo informó un avance del Comité del ramo que conforman Fenalco, Andi y Econometría, las ventas de vehículos en mayo experimentaron un bajón superior al 16 por ciento, muy similar al observado en abril. En el acumulado de los primeros cinco meses del 2015, la cifra va en 113.164, lo que equivale a un descenso del 6,4 por ciento.
Sin embargo, es claro que la pendiente se ha inclinado hacia abajo en las mediciones más recientes. Tal como están las cosas, se considera cada vez más improbable pasar del nivel simbólico de las 300.000 unidades, anuales.
Los motivos principales de que las apuestas hayan disminuido son tres. En primer lugar está la notoria desaceleración que sufre la economía colombiana, la cual se siente sobre la demanda de todo tipo de bienes.
En segundo término hay que mencionar las expectativas de consumidores y empresarios. Diversos sondeos muestran que la percepción sobre el futuro se ha oscurecido y eso lleva a familias y negocios a posponer decisiones de compra, ya sea en este caso el carro familiar o la camioneta que sirve para trabajar.
No menos importante en la ecuación es el alza en el precio del dólar que se ha expresado en el mayor valor de los vehículos nuevos. Si en un momento dado los importadores pudieron liquidar sus inventarios con una tasa de cambio menor, con el fin de no perder participación en el mercado, ahora el impacto del alza en la divisa es inevitable. Por tal razón, el sector automotor sube por una cuesta empinada.
Ricardo Ávila Pinto
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