Tal como esperaban los observadores, la última sesión del año en la junta directiva del Banco de la República vino acompañada de pocas sorpresas. De tal manera, la entidad decidió mantener inalteradas sus tasas de interés de intervención, aunque simplificó el régimen cambiario en lo que debe ser visto más como una reducción de trámites que como una variación en la política vigente.
No obstante, el Emisor envió varias señales que merecen ser destacadas. En lo que tiene que ver con la carestía, sostuvo que el “incremento en la inflación, explicado principalmente por el aumento en los precios de los alimentos como consecuencia del fenómeno climático, será de carácter transitorio”. Esa es una afirmación importante, si se tiene en cuenta que en noviembre, y muy probablemente en diciembre, se debería presentar una aceleración en dicho agregado.
Por otra parte, el Banco reiteró que en su concepto la economía marcha por la senda indicada y que las diferentes señales son alentadoras. A pesar de ello, sostuvo que “un indicador de obras civiles significativamente menor al esperado y el fenómeno climático pueden moderar los datos de la actividad económica a una tasa inferior a la prevista en el mes anterior de 4,5 por ciento”. En otras palabras, el crecimiento de la economía en el 2010 será un poco menor al que se pensaba hace pocas semanas.
Adicionalmente, la institución dejó entrever su preocupación sobre los precios de las acciones que se cotizan en la bolsa de valores, insinuando que el valor de algunos títulos puede ser exagerado. Al mismo tiempo, sostuvo que la política de intervenciones cambiarias que ha estimulado la depreciación reciente del pesos ha sido efectiva. Esa afirmación sugiere que no hay cambios en el horizonte y que la senda trazada se mantendrá en la primera parte del 2011.