La aceptación de la oferta del Gobierno argentino, relativa al pago de al menos 5.000 millones de dólares por las acciones que la petrolera española Repsol poseía en YPF, le debería poner punto final a uno de los litigios más sonados de los últimos tiempos.
Si bien todavía faltan la aceptación de la asamblea de la empresa y del Congreso de la nación austral, todo indica que el tema debería quedar saldado pronto.
Según los términos del acuerdo, Buenos Aires emitirá bonos hasta por 6.000 millones de dólares que la compañía podrá descontar en el mercado secundario o conservar hasta su vencimiento.
Más llamativo quizás es que en caso de un incumplimiento por parte de Argentina, la obligación seguirá pendiente.
Aunque en un comienzo, la administración de Cristina Fernández se oponía a cualquier indemnización después de haber expropiado el 51 por ciento de las acciones de YPF, la presión internacional sirvió para que ambas partes se pusieran de acuerdo.
México fue fundamental para tender puentes, por cuenta de la participación minoritaria que Pemex posee en la firma ibérica.
De hecho, Repsol aceptó una suma que equivale a menos de la mitad de lo que quería, poniendo en práctica el refrán que dice que ‘más vale pájaro en mano’. No obstante, tal como lo señaló su presidente, la solución encontrada le permite mirar hacia adelante.
En sus comentarios, el ejecutivo español señaló que la firma a su cargo todavía tiene 12 por ciento de la propiedad de YPF.
De tal manera, si esta es exitosa en desarrollar los depósitos de hidrocarburos que existen en territorio argentino, los beneficios serán grandes.
Aunque la posibilidad de que ello ocurra en el corto plazo es baja, se volvió a aplicar aquello de que es mejor un mal arreglo a un buen pleito.