La buena noticia es que la confianza de los consumidores colombianos mejoró en enero, con respecto a los niveles de diciembre. La mala es que la cifra es inferior a la de comienzos del 2012. Así podrían resumirse los resultados de la encuesta que dio a conocer ayer Fedesarrollo, sobre un asunto clave.
Y es que la lectura del termómetro de la opinión sirve para determinar la marcha de la demanda interna. Como es conocido, el relativo optimismo de los colombianos ha sido crucial en el aceptable ritmo de la economía en los últimos años, pero este avance se vio en entredicho en el pasado semestre.
Ahora, sin embargo, las cosas se ven un poco mejor con respecto a la época de Navidad, como lo revela el índice de expectativas económicas. Para comenzar, ha aumentado la proporción de personas que piensa que a su hogar será más próspero dentro de 12 meses. Igualmente, la de quienes creen que vienen buenos tiempos.
En contraste, ha bajado el porcentaje de aquellos que piensan que las cosas mejorarán para el país, desde el punto de vista de la economía. Puesto de otra manera, la gente tiene más fe en cómo será su situación personal que en la de Colombia.
Por otra parte, el índice de condiciones económicas da señales mezcladas. Así, ha disminuido la cantidad de personas que considera que a su hogar le está yendo mejor que hace un año, pero repuntó sustancialmente la que opina que es un buen momento para comprar electrodomésticos.
A su vez, en lo que hace a las ciudades, bogotanos y barranquilleros son ahora más pesimistas, mientras que en Cali y Medellín hay más optimismo. Tales contrastes sugieren que la mejoría no es uniforme y que el cambio de tendencia es aún tímido, lo que debería sentirse sobre el consumo.