La apertura del más reciente Salón del Automóvil en Bogotá ha servido para que los ‘gomosos’ de los motores asistan a las instalaciones de Corferias y contemplen modelos que están al alcance de las ilusiones, si no del bolsillo. Una vez más, las expectativas de las diferentes marcas son elevadas, con respecto a posibles compradores.
Si estas se concretan, se cerraría un año cuyos resultados apuntan a superar las apuestas que se tenían al comenzar el ejercicio. Lo sucedido en octubre, cuando el subida en las ventas sobrepasó el 18 por ciento, muestra que hay un alza en la demanda. Por cuenta de ello, el cálculo es que se colocarán unas 320.000 unidades nuevas en el 2014.
De hecho, algunos fabricantes aseguran que el apetito es tal que hay entregas que se demorarán hasta enero o febrero. El ritmo de las importaciones de carros, que también se ha acelerado recientemente, corresponde, sin duda, a esa situación.
Las razones del salto son varias. Los conocedores del asunto sostienen que ante el alza en el precio del dólar, más de un interesado en estrenar se ha apresurado a cerrar el negocio antes de que vengan los reajustes.
Adicionalmente, las entidades financieras han vuelto a ofrecer condiciones atractivas, tanto en términos de tasa de interés como de plazos. Como si fuera poco, el aumento de posibilidades sigue en expansión, lo cual hace que exista un vehículo para cada gusto.
Pero más allá de la coyuntura, quienes miran el tamaño del mercado no dudan en afirmar que este debería expandirse. Para hacer una comparación, las ventas esperadas en Chile este año estarán por encima de las de Colombia, a pesar de que allá van en descenso y aquí sube. Si se tiene en cuenta que la economía austral es tres cuartas partes la nuestra, no suena descabellado pensar que a la vuelta de unos años superaremos la barrera de las 400.000 unidades o incluso más.
La razón de fondo es que la clase media, que creció 80 por ciento desde el 2002 sigue aumentando su tamaño. El Banco Mundial sostiene que en el 2015 debería cobijar a más del 30 por ciento de la población y que la senda de aumento continuará. Por cuenta de esa realidad, el ánimo de compra de carro nuevo será una constante. La pregunta es si a nivel municipal hay planes en marcha para acomodar los autos que ya ruedan y los que vendrán.
Ricardo Ávila Pinto
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