Desde esta humilde esquina que nos ha cedido Portafolio, hemos hablado de diferentes temas relacionados con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la educación, y hemos procurado ser lo más honestos, objetivos y neutrales a la hora de opinar.
Las columnas de opinión son la vanguardia de un medio escrito, y, por ende, deben estar llenas de sindéresis y ecuanimidad, amén de procurar ahondar en un tema para ayudar a orientar a los lectores, no a imponer puntos de vista.
Quien escribe no tiene ni ha tenido vínculos laborales con ninguno de los operadores móviles actuales. Los he padecido como usuario de varios de ellos.
En los últimos meses y días han llovido ríos de tintas y marejadas de vídeo y audio acerca del tema que nos atañe.
Hay estudios de Fedesarrollo, la SIC, la Oecd que nos indican que Claro tiene una posición cuasimonopolística en nuestro mercado, y permitirle una licencia de 4G sería peligroso para el desarrollo y la penetración de Internet móvil, el de mayor crecimiento en el mundo y en Colombia.
Guillermo Santos Calderón, Mauricio Cabrera Galvis, Jorge Hernán Peláez, Semana, los senadores Juan Mario Laserna y Jorge Enrique Robledo, y muchos más, ven peligroso que en la subasta de espectro para licencias de 4G este le sea adjudicado a Claro.
¿No darle espectro para 4G a los operadores actuales?
Ese sería el criterio para no darle licencia a Claro y mantener la equidad jurídica en dicha subasta.
No sería la primera vez que un Estado decide hacer eso para favorecer el mercado y a los usuarios.
En Colombia, hay muchos conciudadanos que aún no conocen Internet, son analfabetos digitales. Contrario a lo que cree el Estado y el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, pienso que falta muchísimo por hacer en penetración, uso y apropiación de las TIC en Colombia.
¿Debería Diego Molano marginarse, declararse impedido? Antes de entrar a fungir como Ministro tenía un alto cargo directivo en Telefónica, en España, y varios de sus más cercanos colaboradores, llamados por él, venían de Telefónica Colombia.
El dirá que lleva dos años al frente del Ministerio actuando con total transparencia. En Colombia, debería existir un régimen muy fuerte para esa silla giratoria entre lo público y lo privado, porque todavía nuestras instituciones son muy débiles.
Dejar por fuera a los actuales operadores es retrasar el ingreso de Colombia al uso del 4G o LTE, al verdadero Internet móvil de banda ancha. La infraestructura que tienen les permitiría desplegar, rápidamente, el servicio por todo el país.
Un operador totalmente nuevo tiene que hacer el ejercicio de desplegar infraestructura, pero existe una posibilidad y es que los entrantes puedan utilizar la infraestructura de los operadores actuales. Así ocurre con la energía eléctrica.
En Valledupar y el Caribe hay un operador dominante que es Electricaribe, de propiedad de Unión Fenosa, y varias empresas, grandes consumidores, le compran a otros comercializadores que les distribuyen el servicio sobre las redes de Electricaribe.
Lo que sí es cierto es que este es uno de los chicharrones más grandes del momento y un enorme dolor de cabeza para el presidente Santos, que tiene concentradas su fuerza y energías en otros temas.
En columnas anteriores hemos dicho que debe permitirse el ingreso de un nuevo operador que tenga la capacidad de ser un jugador ‘multiplay’. El país lo está necesitando.
Claro tiene el 62,4 por ciento de los móviles, el 50 por ciento de los usuarios de TV por suscripción, y el 75 por ciento de las utilidades del sector son de ellos, según la Comisión de Regulación de Comunicaciones.
Por otro lado, el Estado debe fortalecer las empresas locales (UNE, ETB y Emcali), y tampoco es mala idea pensar que se junten y tenga una licencia de 4G con todos los beneficios de la subasta en ciernes, ya que UNE cuenta con una licencia, pero con algunas restricciones en el uso de espectro.
Esa alianza y una regulación del Estado para el uso de infraestructura de los operadores actuales y dominantes podrían funcionar, y con el capital que tienen y los usuarios actuales, podrían desplegar una red muy rápido y ofrecer precios asequibles y dinamizar el mercado empaquetando varios de sus productos actuales.
No es una idea descabellada y va en beneficio de toda Colombia. Los actuales operadores estarían tranquilos porque les darían su pedacito de 4G y entraría un operador ‘multiplay’ público con grandes opciones de jugar fuerte, y ojalá esta vez, paisas y cachacos se pongan de acuerdo. Es el futuro de las TIC el que está en juego.
Nicola Stornelli García
Gestor del Puerto Digital de Valledupar y de Cesar Digital