Las cifras de los últimos dos meses muestran que la economía de Estados Unidos se debilitó a finales del 2013 y comienzos del 2014, pero creemos que esto se debe principalmente al fuerte invierno que ha azotado a ese país.
Creemos que los datos de febrero podrían ser incluso más débiles que los de diciembre y enero, dado que ese fue el mes más intenso del invierno, pero anticipamos un repunte importante con el comienzo de la primavera. La Reserva Federal también estima que el impacto del invierno ha sido significativo y que la debilidad reciente será transitoria, por lo cual esperamos que continúe con el desmonte gradual de su programa de compra de activos en la reunión de marzo, pero claramente no hay argumentos para prever que lo vaya a acelerar.
El índice de sorpresas macroeconómicas pasó a terreno negativo a finales de enero, evidenciando que los datos han sorprendido cada vez más a la baja. Las actividades económicas que más se afectan por el clima son las que más se han debilitado en diciembre y enero, como las ventas al por menor, la construcción, la contratación de personal y la industria. En efecto, la temperatura de este invierno ha sido la segunda más baja desde comienzos del siglo pasado, después del de 1979.
Las bajas temperaturas y las frecuentes tormentas de nieve que han caracterizado este invierno producen un desincentivo para salir de compras o comer en restaurantes. Las ventas minoristas en enero se contrajeron, evidenciando una profundización en el deterioro que ya había comenzado a observarse en diciembre. Los datos del último trimestre de 2014 fueron revisados a la baja, lo que también indica que el ritmo de recuperación de la economía es quizás más moderado de lo que se creía.
La estabilidad de las cifras reportadas de confianza del consumidor parece confirmar que la disminución en la dinámica de las ventas minoristas ha estado asociada al invierno y no a factores estructurales. Los datos de ventas minoristas seguramente serán débiles en febrero, pero esperamos que a partir de marzo vuelvan a la senda de recuperación que habían tomado desde el segundo semestre del año pasado.
La construcción es posiblemente la más afectada por este severo invierno, aunque los datos sugieren que el incremento en las tasas de interés hipotecarias desde mediados del 2013 también ha jugado un papel en su moderación.
La inversión residencial cayó fuertemente en el cuarto trimestre del 2013, tras haber registrado crecimientos sólidos en cada uno de los cuatro trimestres previos. Este cambio tan abrupto, en medio de fundamentos relativamente sólidos en el sector solo puede explicarse por las adversas condiciones climáticas de este invierno. Los inicios de vivienda registraron una caída en diciembre y en enero, en especial en las regiones con mayor incidencia del invierno.
Lo anterior y el hecho de que la contracción en permisos fue mucho más moderada que el de inicios de vivienda, permiten ser algo optimistas frente a la dinámica de inicios de construcción a partir de marzo, pues la oferta nueva no parece haberse afectado de forma tan acentuada por los efectos climáticos. Los datos recientes sugieren que la debilidad en el sector residencial habría continuado en el primer trimestre del 2014, pero creemos que esta dinámica será transitoria en la medida que el invierno llegue a su fin en marzo.
La contratación de personal en diciembre y enero también estuvo influenciada por los efectos del invierno, el cual influenció cierres temporales de establecimientos comerciales y de fábricas, y una parálisis en el sector de construcción. El cambio en nóminas no agrícolas en estos dos meses se ubicó sustancialmente por debajo de las expectativas del mercado y se evidencia una importante desaceleración frente a los meses previos. Sin embargo, creemos que los efectos negativos del clima sobre la generación de empleo empezarán a disiparse en marzo, cuando comience la primavera, en línea con lo que ha sucedido en otros años con inviernos severos.
La industria también se ha visto afectada por el invierno, en la medida que se producen cierres temporales de fábricas y menos pedidos para atender una menor demanda por parte de los establecimientos comerciales. Tras la fuerte acumulación de inventarios que se observó en los trimestres previos y el impacto del invierno (que afecta la demanda), la producción industrial se vio influenciada a la baja en los últimos meses.
Aunque la mayor parte de la evidencia apunta a que los datos han estado altamente influenciados por el fuerte invierno, la revisión a la baja del PIB del cuarto trimestre del 2013 también indica que el ritmo de recuperación de la economía es más moderado de lo estimado inicialmente. Creemos que el crecimiento en el primer trimestre del 2014 será inferior al del trimestre previo por la intensificación del invierno, pero esperamos un repunte considerable en el segundo trimestre.
Con estos datos, la Reserva Federal está manejando algo a ciegas, pues confía en que la economía se está fortaleciendo, pero las cifras no lo reflejan debido a los efectos del invierno.
Dado lo anterior, es improbable que decida acelerar el ritmo de desmonte del programa de compra de activos, especialmente considerando que los datos de febrero serán más débiles que los de diciembre y enero, dado que ese fue el mes más intenso del invierno. Aunque el riesgo inmediato sería que la Fed hiciera una pausa en el proceso de reducir las inyecciones mensuales de liquidez, nuestro escenario base es que en la reunión de marzo se produzca un nuevo recorte de 10 mil millones de dólares en las compras mensuales de activos.
Carmen Salcedo Saldaña
Subdirectora de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.
Andrés Pardo Amézquita
Presidente de Investigaciones Económicas de Corficolombiana.