La semana pasada el Congreso de Colombia aprobó el Plan de Desarrollo, una Ley que traza la ruta del país para los próximos 4 años y asigna los recursos a cada una de las áreas de gobierno.
El norte es claro: una Colombia en paz, con equidad y mejor educada, siendo la educación el pilar central para lograrlo.
Por primera vez, el presupuesto de la guerra, $93 billones, pasó a un segundo lugar y la educación tomó ese primer puesto con $136 billones.
Esto implica una revolución educativa que debe verse reflejada en que nuestros niños estudien más y mejores horas y nuestros jóvenes accedan a educación superior de calidad.
Por ejemplo, el Plan obliga a que los niños estudien 7 horas por lo menos, es decir, que tengan jornada única. Con esto nos beneficiamos todos: los padres, que tendrán la tranquilidad de que sus niños permanecen en el colegio alejados de riesgos como el pandillismo, el embarazo adolescente y la drogadicción; los niños, que podrán reforzar durante más horas áreas como matemáticas, ciencias y lenguaje; y el país, que tendrá una mejora en calidad y equidad.
Hoy los niños ricos son los que estudian más de 7 horas diarias, lo que hace que de los 500 mejores colegios del país, 470 sean privados.
Por eso, la jornada única ya comenzó: actualmente 133 mil niños se están beneficiando. La meta a 2018 es que 2,4 millones de estudiantes, es decir el 30% de la matrícula oficial nacional, esté bajo ese modelo.
Para que la iniciativa sea exitosa debemos acelerar la construcción de la infraestructura educativa. Si seguimos al ritmo que tenemos hoy en día, en 100 años tendríamos los colegios que necesitamos.
Para cambiar esto, el Plan creó el Fondo de Financiamiento de Infraestructura, que permitirá destinar $5 billones en los próximos cuatro años a la construcción de 31 mil aulas. Es decir, vamos a hacer en 4 años lo que el país haría en 50.
Esto además va a permitir cumplir con la meta que establece el Plan de estudiar hasta el grado 11, pues hoy la obligatoriedad solo es hasta el grado 9, lo que no es acorde con la meta de ser la nación mejor educada de América Latina.
Este proceso está acompañado del Programa de Estímulos a la Calidad Educativa para premiar con más ingresos a los docentes y directivos docentes que logren, año a año, las metas de mejoramiento educativo, elevando la calidad en sus colegios. Es decir más plata para los profes y más calidad para los niños.
El Plan además transforma el acceso al sistema de educación técnica y tecnológica que históricamente ha sido jerárquico, estigmatizante y excluyente.
En nuestro país es una utopía que un soldador, un plomero o un electricista tengan especializaciones o maestrías; ahora, con el proyecto aprobado por el Congreso, nuestros técnicos y tecnólogos podrán hacerlo, tal como ocurre con los universitarios, para fortalecer sus oficios que son los que apalancan la economía del país.
En cuanto al Icetex, en los próximos cuatro años pasaremos de otorgar 65 mil créditos a 140 mil gracias a los nuevos criterios que permitirán que esos recursos lleguen a quienes realmente lo necesitan. Los beneficiarios ahora serán los colombianos que tengan Sisbén 1, 2 y 3.
Este es el primer Plan en la historia de Colombia que centra el desarrollo del país en la educación.
Así ha ocurrido con naciones que luego de la guerra encontraron la paz a través de la inversión en el capital humano.
Hoy esos países como Corea y Singapur no solo se encuentran arriba en las pruebas Pisa, sino que lograron equidad y desarrollo económico a través de la educación.
Con esta hoja de ruta definida por el presidente Santos, Colombia podrá dar pasos firmes, certeros y ágiles hacia el sueño de paz con educación y equidad que nos convertirá, en 2025, en la nación más educada de América Latina.
Gina Parody
Ministra de Educación